Economía

Bruselas propone una reforma descafeinada del mercado eléctrico para evitar la volatilidad de los precios

La comisaria de Energía, Kadri Simson.
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Lo que ha sido un año marcado por la invasión militar de Rusia en Ucrania, ha derivado en una crisis energética en la UE que ha servido de catalizador para que Bruselas planteara una reforma del mercado eléctrico a escala comunitaria. Así es que la Comisión Europea ha presentado este martes una propuesta para que las empresas energéticas ofrezcan a los consumidores contratos con precios fijos, además de los de precios dinámicos, así como con medidas impulsar la contratación a largo plazo para la producción con renovables, de cara a garantizar precios estables.

"Esta reforma incluye varias medidas para mejorar las condiciones de inversión en renovables", ha señalado la comisaria de Energía, Kadri Simson, en rueda de prensa, ya que los consumidores se han visto expuestos a altos precios de contratos vinculados a contratos dinámicos. Según ha explicado, la propuesta se apoya en tres pilares: que los consumidores sean más independientes de los precios de los mercados a corto plazo, impulsar los contratos de renovables a largo plazo y fomentar la flexibilidad del sistema a través del almacenamiento y sistemas de respuesta a la demanda.

El planteamiento de la Comisión Europea introduce medidas para incentivar contratos a largo plazo para la producción de energía con tecnologías que no utilicen combustibles fósiles para, en paralelo, introducir soluciones más flexibles en el sistema para reducir la producción energética a partir de gas. Así Bruselas ha propuesto que los países incentiven los contratos por diferencia para las renovables inframarginales. Una lista en la que se amparan tecnologías como la solar, la eólica, la geotérmica, la hidráulica sin almacenamiento y la nuclear. 

Por otro lado, el Ejecutivo comunitario plantea incentivar los contratos de compra de energía a largo plazo (Power Purchase Agreement –PPAs--), para que las compañías tengan acceso a energía limpia a precios estables. También plantea que los consumidores con sistemas de autoconsumo puedan compartir la electricidad generada con sus vecinos.

Además, de cara a dotar a los productores de energía de unos ingresos estables, la Comisión Europea ha convenido que las ayudas públicas a las nuevas tecnologías inframarginales a través de contratos por diferencia en dos direcciones, de tal manera que los Estados miembro canalicen los beneficios excesivos hacia los consumidores. A la vez, la reforma impulsará a liquidez de los mercados de contratos a largo plazo, es decir, los mercados de futuros.

La Comisión Europea ha planteado que las empresas eléctricas deban ofrecer a los consumidores varios tipos de contratos, así como información clara sobre las implicaciones, ventajas y desventajas de cada uno para que puedan tomar una decisión informada. La idea es que tengan que proporcionar la opción de firmar contratos con precios fijos de tal manera que se evite la exposición a la volatilidad de los precios en el mercado intradiario.

"La predominancia de los mercados a corto plazo ha amplificado los efectos del alza de los precios del gas y ha sido la fuente de varios problemas durante esta crisis", ha justificado la comisaria de Energía, que ha agregado que los consumidores se han visto expuestos a altos precios de la energía del mercado mayorista, que dictaminaron las plantas de generación de gas, sin poder beneficiarse de la creciente participación de las renovables.

Es así que, con la vista puesta en mejorar la flexibilidad del sistema de producción de electricidad, los países podrán introducir sistemas de apoyo, especialmente para almacenamiento y respuesta a la demanda. Además, los operadores podrán fomentar la reducción de la demanda durante las horas pico.

La propuesta busca triplicar la producción con energía limpia para 2030 aunque, en cierto modo, deja cierto regusto a decepción. Ya que lo que se venía articulando como una reforma en profundidad no llega a tocar los pilares del funcionamiento del mercado eléctrico como tal. Tampoco plantea ninguna medida obligatoria, sino que todas las propuestas se articulan en forma de recomendaciones. Una postura, la de Bruselas, con la que parece trata de abrir la puerta a una reforma de amplio consenso y que dé respuesta a las distintas necesidades nacionales comunitarias, con Veintisiete constructos de sistema eléctrico diferenciados.

Así es que, por lo pronto, el Ejecutivo comunitario se centra más en plantar fórmulas para que los bolsillos de los consumidores no se vean golpeados por una posible subida de los precios de la energía, evitar la manipulación del mercado, a la par que pretende seguir impulsando la penetración de renovables en el mercado comunitario y garantizando su rentabilidad.

Con esta propuesta, el Ejecutivo comunitario trata de dar un impulso a las renovables en el mercado comunitario y eliminar la dependencia de la producción energética a partir de gas. Una decisión que se convirtió en necesidad con el chantaje de Rusia tras la invasión de Ucrania y la alta dependencia que el mercado comunitario en el suministro de gas de Rusia.

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