El gobierno de China hizo pública una lista de doce puntos para intentar avanzar en la finalización de la guerra híbrida que Estados Unidos (EEUU) desató contra Rusia en el este de Europa, al cumplirse, el 24 de febrero de 2023, el primer año de la Operación Militar Especial rusa en Ucrania.
Muchos gobiernos y la prensa occidentales calificaron inmediatamente aquellos doce puntos como una propuesta de paz, sin serlo, antes de lanzarse sobre ellos a despedazarlos, en algunos casos incluso sin querer pasar del primero.
Para el gobierno chino, por el contrario, ese listado era, más bien, una relación de principios, nunca, un plan de paz accionable, de acuerdo con la cultura transaccional china, en la que el primer paso de todo proceso de negociación comienza por intentar establecer un marco de entendimiento entre las partes sobre principios y sobre creencias.
Si se atisba un posible acuerdo sobre éstos, y sólo si existe esa visión compartida, los chinos suelen hacer el siguiente movimiento de iniciar el intercambio de propuestas concretas de paz.
Esos doce puntos del gobierno chino se sostienen sobre su elección por una neutralidad basada en principios hacia el conflicto en Ucrania.
El gobierno de Pekín cree que, en la China budista de comienzos del siglo XIX, el país podría haberse permitido el mantenerse neutral de los conflictos del mundo, pero que esa actitud, hoy, ya no es posible.
De acuerdo con esta opción elegida, China dice aspirar a una solución pacífica de la situación en Ucrania, mientras que no renuncia a seguir manteniendo relaciones de normalidad con ésta y con Rusia, a la vez.
Las bases de este razonamiento del gobierno chino son, en primer lugar, el egoísmo al proteger sus intereses nacionales, y por otra parte, su creencia de que las sanciones matan, en este caso, no necesariamente en Rusia, sino en todos aquellos países que necesitan el petróleo, el gas y el grano rusos para sobrevivir, de manera especial, en el Próximo Oriente y en África.
Debe destacarse que, en estas dos regiones, hay más países que se oponen a las sanciones de Occidente contra Rusia que aquellos que las apoyan.
En concreto, de forma muy llamativa, en el Próximo Oriente, ningún gobierno está aplicando las sanciones decididas por los países occidentales contra Rusia, ya sean: Democracias o regímenes autoritarios; teocracias o Estados seculares; tanto los aliados más cercanos a EEUU como sus archirrivales que más les odian; y tanto socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como países aliados que no son miembros de la Alianza Atlántica.
EEUU se equivocó, entre otros muchos errores de los que están cometiendo Biden y su equipo, al presentar este conflicto como un enfrentamiento entre democracia y autoritarismo.
El resentimiento y los ataques de los representantes del gobierno de EEUU contra China desde que hizo el anuncio de esos doce puntos no se han frenado.
Aún más, el gobierno chino es consciente de que EEUU no va a parar, sino, más bien, a escalar por:
1) Su posición sobre el conflicto en Ucrania.
2) El partenariado estratégico, "sin límites", como lo califican desde Pekín, que China y Rusia están construyendo.
3) El estatus de potencia económica global que China ha adquirido desde hace años.
El gobierno chino observa con perplejidad que EEUU les acuse de que sus relaciones comerciales y económicas con Rusia sean cuestionables y sospechosas sobre las intenciones reales de Pekín.
China es testigo de que India la ha superado como el mayor comprador de petróleo de Rusia, a la que, por cierto, los países europeos acuden a comprárselo, a conciencia plena de su origen, con un sobreprecio, a pesar del bloqueo de la Unión Europea (UE) a las materias primas rusas.
Anthony Blinken ha afirmado que el comercio bilateral de China con Rusia, que, en 2022, ascendió a $200 millardos, es la "prueba material del apoyo letal chino a los rusos".
El comercio bilateral entre EEUU y China, en 2022, ha tenido un valor de $700. Se desconoce si el secretario de Estado de EEUU considera que éste sea la evidencia del apoyo letal del gobierno chino al estadounidense.