El Congreso de los Diputados ha rechazado una moción de ERC que pedía derogar los cambios en la indemnización por despido introducidos en la reforma laboral del PP para elevarlo de nuevo a los 45 días por año trabajado. Un resultado previsible, ante la oposición frontal del PSOE, pero que abre una nueva brecha en el Gobierno de coalición. Y es que todo el grupo parlamentario de Unidas Podemos ha apoyado la propuesta republicana, salvo por una sonada excepción: Yolanda Díaz.
Aunque las mociones consecuencia de interpelación no tienen peso legal más allá de "instar" al Ejecutivo, son una herramienta clave para que el Gobierno y los partidos se posicionen sobre temas de actualidad. Es lo que hizo la pasada semana la ministra de Trabajo, quien aprovechó el debate que le proponía el diputado de ERC Joan Salvador para relanzar su propuesta de un despido "disuasorio" más allá de los 33 días actuales según las circunstancias.
La iniciativa que sometieron al debate parlamentario los republicanos tras escuchar a Díaz recogía en parte esta idea, pero introducían un importante matiz: derogar las reformas laborales de 2010 y 2012 que establecieron el abaratamiento de estas extinciones desde los 45 días que existían hasta entonces.
Una línea roja para el PSOE y, hasta hoy, también para sus socios de gobierno. De hecho, en el acuerdo para el Ejecutivo de coalición no la incluyeron entre los "aspectos más lesivos" a derogar de la reforma laboral. Y la propia Díaz aceptó excluirlo de la reforma que pactó con patronal y sindicatos a finales de 2021.
Retratarse o retractarse
La sorpresa surgió esa semana cuando la ministra anunció su apoyo y el de Unidas Podemos a la propuesta de ERC. El argumento que esgrimió era impulsar su idea para reformar el despido, una cuestión que consideraba aún más urgente sobre todo después de que el Supremo avalara indemnizaciones más baratas para los mayores de 60 año.
Pero conocía perfectamente que el texto pedía volver a los 45 días. Aun así, expresó su apoyo sin plantear modificaciones ni enmiendas para suavizar la derogación. "El voto del grupo al que represento será a favor de esa moción", aseguró.
Ante la polémica, su portavoz Aïna Vidal, trató de matizar el alcance de este apoyo. "Vamos a votar a favor, pese a que creemos que el objetivo no puede ser volver al modelo de 2012 porque ya no es válido", señaló el miércoles en el debate previo a la votación que ha tenido lugar este jueves en el Congreso. Pero ERC ya tenía clara su estrategia.
Salvador rechazó todas las enmiendas propuestas al texto por el resto de grupos, y la moción se votó en sus términos iniciales. Esto dejaba a Unidas Podemos y a Díaz ante la tesitura de retratarse o retractarse. El grupo parlamentario optó por lo primero, pero la vicepresidenta se ha salido por la tangente. De hecho, es una de las únicas dos diputadas, junto a Mercedes Pérez Merino, que no ha votado.
El resultado final de la votación se ha conocido a las 11.50 horas. A las 12.00 Díaz se reunía con los líderes de CCOO, UGT, CEOE y Cepyme para presentar la nueva Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027. Un acto cuya relevancia justificaba su ausencia del hemiciclo. Pero esto no le impedía votar: la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet había interrumpido una hora antes la votación presencial para permitir que los ausentes pudieran pronunciarse telemáticamente.
Un calendario electoral
Algo que han hecho otros ocho diputados de su grupo ausentes, como la ministra de Derechos Sociales (y secretaria general de Podemos) Ione Belarra o el de Consumo (y coordinador federal de IU), Alberto Garzón. En la bancada socialista, el único miembro del Gobierno con escaño que no ha votado e Pedro Sánchez, de visita en Kiev.
Lo que más llamativo resulta de esta ausencia es que ella sí asistió ayer al debate de la moción en la Cámara Baja. Es decir, que era consciente de la posición de ERC y lo que implicaba la de su grupo parlamentario.
Díaz se ha mantenido relativamente al margen en las polémicas entre Unidas Podemos y el PSOE más sensibles, como las derivadas por la Ley Trans o la del Solo Sí es Sí, aunque sí se ha posicionado y ha centrado su discurso en medidas de carácter económico, como el límite a los precios.
Pero es la primera vez que está calculada ambigüedad respecto a las grietas entre PSOE y Podemos se produce en una propuesta que afecta directamente a políticas en las que tiene competencia directa. Y que además la aleja de otras posibles alianzas para su proyecto político Sumar.
No solo no ha logrado tender puentes con la propia ERC (que votó en contra de su reforma laboral), sino con otras formaciones como Mas País, que también han apoyado a los republicanos. Y aún más significativo resulta que unos de los valedores de su proyecto político en el Gobierno, Alberto Garzón, haya votado a favor para desmarcarse del resto del PSOE y el PP.
En cualquier caso, la cercanía de las elecciones explica el endurecimiento de las posiciones de Podemos. El calendario de Díaz para establecer un despido improcedente "disuasorio" no podrá ponerse en marcha antes de que el Comité de Derechos Sociales de la UE se pronuncie al respecto, algo que no ocurrirá hasta quizá el verano. Y no podrá ver la luz en esta Legislatura. Ante este calendario, es más útil posicionarse para recuperar la indemnización de 45 días, aunque sea a costa de abrir una nueva grieta con la coalición.