
El año 2022 ha echado el cierre con una inflación del 5,7% en diciembre, reduciéndose en los últimos meses. Al contrario está evolucionando el IPC subyacente, que excluye alimentos no elaborados y productos energéticos, que ha cerrado el año en el 7%. Al respecto de este último dato, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha achacado el continuo repunte de estos meses a "los beneficios empresariales".
"Con los datos del IPC, y en algunos sectores, como en la alimentación, está claro que, homologando a un gallego como yo, Alberto Núñez Feijóo, hay alguien aquí que se está forrando. No era quien decía Feijóo, pero algo hay que hacer aquí", ha comentado Díaz en las Jornadas Confederales de UGT.
La vicepresidente ha recordado en el encuentro que el Ejecutivo ha lleva acabo la regulación de los precios de la energía cuando se decía "que eso no se podía hacer" y que no van a seguir permitiendo que las empresas "sigan engrosando sus beneficios a costa de los trabajadores".
"Estamos en una crisis y va de quién aporta, que la crisis no se salde a costa de los que menos tienen, tiene que saldarse por arriba. No se puede admitir, y se está demostrando, que una parte de la inflación subyacente se explica solamente por esto, por los beneficios de la empresas y, como país, no puede seguir pasando", ha apostillado.
La responsable de Trabajo ha advertido de que la depreciación salarial conviva con un aumento de los beneficios de las empresas es "un error económicamente".
Subida del SMI
Al respecto de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), la ministra ha asegurado que este aumentará lo "suficiente" para cumplir con el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores, que tiene en cuenta la inflación, la productividad media nacional, la participación del trabajo en la renta nacional y la coyuntura económica general.
"Sin lugar a dudas, claro que vamos a seguir subiendo el SMI", ha recalcado en las jornadas del sindicato, después de que el secretario general del sindicato, Pepe Álvarez, pidiera en el mismo acto su actualización en 1.100 euros para 2023.
Antes de darle la palabra la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, el secretario general de UGT ha subrayado que "es muy importante" conseguir un aumento del SMI en 2023 para "atender las necesidades de las personas más débiles".
"Los más afectados por el SMI son los colectivos donde hay menos representación sindical. La patronal abusa de esos colectivos, principalmente mujeres, es muy importante que el aumento del SMI nos permita que esas personas no queden atrás en ese proceso, que se puedan enganchar a mejoras salariales", ha reclamado Álvarez.
El líder sindical se ha mantenido en su posición de fijar el SMI de 2023 en 1.100 euros, un 10% por encima de la cifra actual.
Díaz ha defendido que la subida del salario mínimo no destruye empleo como han dicho los "mantras ultraliberales" de la "derecha económica", sino que es "la mejor herramienta para combatir la pobreza salarial", sobre todo entre los jóvenes y las mujeres.
Los empresarios responden
Las palabras de la ministra no sentaron bien en el ámbito empresarial. La patronal Foment del Treball reaccionó a la crítica pidiendo a Díaz que dejase de "demonizar" a los empresarios y a los beneficios empresariales para fortalecerse ideológicamente en la izquierda.
El presidente de la institución catalana, Josep Sánchez Llibre, sostuvo que "ni los empresarios ni los beneficios empresariales son los responsables del incremento de precios del sector alimentario". "Y la vicepresidenta del Gobierno lo sabe perfectamente, pero prefiere, irresponsablemente, hacer populismo", añadió.