Economía

Las tensiones energéticas y las reglas fiscales, en el foco de la UE en 2023

  • La guerra de Ucrania y las relaciones comerciales con otros países serán prioridad
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Bruselasicon-related

No hay año que no se presente atareado en Bruselas. Sea por iniciativa propia o porque así lo requieran las circunstancias, las instituciones europeas avanzan en un cúmulo de dosieres que no hace sino seguir las líneas estratégicas dibujadas para el devenir comunitario. Y 2023 no iba a ser menos. Se presenta como un año frenético. Con la herencia de la guerra en Ucrania como catalizador de un cambio geoestratégico mundial y un mercado energético europeo zambullido en una deriva apremiante. Las reglas fiscales postergadas por la pandemia y un contexto económico con la impronta de una disparada inflación serán otro de los ejes que marquen la agenda europea.

El 2023 se presenta intenso. Y con el pistoletazo de salida de la presidencia rotatoria de la Unión Europea en manos de Suecia en el primer semestre del año, solo queda por ver qué diatribas persigue su liderazgo. Al menos hasta el segundo semestre del año, cuando en junio España tome las riendas de la presidencia de turno de la UE.

Y el ejercicio arranca con un contexto económico en el que la inflación registra datos históricos. Y pese a las renovadas expectativas que arroja que los niveles de precios en la Eurozona se quedaran por debajo de ese limbo marcado por el 10% en noviembre, sólo queda sentarse y esperar a ver si la subida de tipos trazada por el Banco Central Europeo, efectivamente, surte efecto.

Si bien la autoridad bancaria europea hizo ya, en el arranque del 2023, un llamamiento a continuar con el alza de los tipos de interés, el dato de los Veinte se presenta casi como un balón de oxígeno. Y la desaceleración económica que ha marcado la eurozona en el último trimestre del año, sin llegar a la recesión técnica, compone esperanzas de que las previsiones pesimistas se queden en meros augurios.

Mientras la famosa cláusula de escape, que suspende de facto las reglas de gasto en el mercado comunitario, permanece activada desde la pandemia, su prórroga emplaza su desactivación a finales de este año. Y es así que apremia finalizar con la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que establece que los Estados miembro no podrán superar unos niveles de deuda sobre el PIB del 60% y del 3% en el caso del déficit sobre el PIB.

Lo que negociarán ahora los Veintisiete parte de la propuesta del Ejecutivo comunitario de flexibilizar las normas para que, al menos, puedan cumplirse. Y si bien ha propuesto establecer un traje a medida para cada Estado miembro, su incumplimiento irá acompañado de sanciones más duras, con efectos reputacionales en los mercados.

También la guerra de Ucrania y sus consecuencias será otro de los puntos que centrará el debate. En la que podría ser la segunda salida del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, del país desde que empezó la guerra, tendrá como destino la Cumbre de líderes de la UE en Bruselas del próximo febrero.

El cambio de escenario geopolítico por la invasión militar de Rusia de Ucrania ha trastocado por completo el mercado energético de la UE. Será este año que la Unión Europea tendrá que abordar la reforma del mercado eléctrico, cuya propuesta se espera para principios de año, tras un 2022 marcado por los retos en esta área.

Pero el cambio de las rutas de abastecimiento, principalmente de gas, ha apremiado a la Unión Europea a mirar más allá de su vecindario para satisfacer la demanda. La cuestión, más allá de diversificar el suministro, o sacar adelante un mecanismo de compras conjuntas de gas en marzo, será si el bloque será capaz de tender lazos con nuevos socios comerciales.

Es en este escenario que las relaciones con América Latina y la voz cantante de España a este respecto se erigen como dos actores clave para 2023. Pero no hay que olvidar otro socio clave. La relación con Estados Unidos se articula como clave para la UE, pero el paquete de subsidios de la Administración de Joe Biden empezará a desembolsar en enero para hacer frente a la inflación, exigirá limar asperezas con el otro lado del Atlántico. Por lo pronto, en el arranque del ejercicio la Comisión Europea ha proyectado una propuesta para flexibilizar las ayudas de Estado pero, de fondo, están los clamores de los Estados miembro que defienden que se trata de una medida proteccionista que promueve la compra de productos americanos y merma las normas de competencia. Por lo que la UE afrontará la encrucijada de dotar de un paquete similar a su industria y el riesgo de una guerra comercial con EEUU que le interesa más bien poco.

La trama de sobornos y tráfico de influencias del Qatargate parece que tendrá más recorrido. En el punto de mira, la reciente petición de la justicia belga de levantar la inmunidad a dos eurodiputados: el italiano Andrea Cozzolino y el belga Marc Tarabella. Otros dos socialdemócratas al igual que la ex vicepresidenta de la Eurocámara, Eva Kaili. Y de fondo la relación de la UE con otros países socios e implicados en la trama, como Marruecos y Mauritania.

Con las elecciones europeas planteadas para mayo de 2024 de fondo, la UE abordará otras cuestiones el pacto de asilo y migración, que será objeto de un nuevo intento de desenredo, con el foco en cuestiones fronterizas.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky