BlackRock, el gigante mundial de la industria de inversión, mantiene una visión muy cauta con la renta variable a corto plazo y prefiere apostar por la deuda corporativa y las duraciones cortas de la deuda soberana, ante el cambio de paradigma que han introducido los bancos centrales con las subidas de tipos de interés en su lucha contra la inflación. La firma considera que las compañías todavía no están reflejando claramente las rebajas de beneficios que traerá una recesión de la actividad económica, donde el papel de los bancos centrales ya no podrá ser del de salvavidas.
"No van a poder acudir al rescate, ya que han sido ellos los que han provocado la inflación y la recesión, y no van a poder bajar la inflación al nivel del 2%, porque en Estados Unidos, por ejemplo, el impacto sobre el crecimiento sería del 2%, lo que provocaría una recesión terrible. La vemos más cerca del 3%. En Europa podemos verla en el 2% en 2024", señaló Javier García-Díaz, responsable de ventas de BlackRock para Iberia.
En esta evaluación de daños que han provocado los bancos centrales, la pregunta clave para la firma es cuánto ya está recogido en valoración y precio de las compañías, a aparte de nuevos factores que han entrado en juego como las tensiones geopolíticas con Rusia y China. Y para la gestora norteamericana, las revisiones de beneficios todavía no lo recogen.
En este sentido, prefieren mantenerse infraponderados en renta variable de mercados desarrollados -excepto en el sector energético, financiero, de salud y de energías renovables-. "Vamos a vivir un entorno de inflación con recesión, que no es habitual, y no vamos a estar neutrales o sobreponderados en bolsa hasta que no mejoren las expectativas de beneficios o haya más apetito de riesgo por parte de los inversores", subrayó García-Díaz.
La otra cara de la moneda es que los activos con menos riesgo ofrecen ya remuneración, por lo que apuestan por los tramos cortos de la deuda gubernamental, bonos ligados a la inflación y deuda corporativa, un activo donde ya se pueden encontrar tasas internas de retorno del 4%, un porcentaje que se puede doblar en los próximos doce meses. "Entramos en un mundo más complejo que va a requerir de los inversores una revisión de su estrategia de manera más táctica", destacó el responsable de BlackRock.