
Misterio entre la Generación Z. EEUU no encuentra a medio millón de trabajadores de entre 20 y 24 años. No saben dónde están. Se mantienen fuera de juego una vez incluso pasado el punto más álgido del éxodo laboral que azotó la economía como consecuencia de la pandemia.
Si en 2019 su participación en la fuerza laboral (proporción de personas empleadas o que buscan trabajo activamente) se situaba en un promedio del 72,1%, en octubre no alcanzó ni el 71%, quedándose en el 70,8%. La evolución es distinta a la anotada por el grupo de mayores de 15 años, que si bien su tasa sigue por debajo de la de 2020, se ha recuperado hasta el 62,2% desde el 61,7% de 2021.
Tampoco sirvan las razones por la que la participación de las personas mayores de 55 años también está muy por debajo de los niveles previos a la pandemia. En la mayor parte de estos casos la explicación es una jubilaron anticipada o por elección o por la dificultad de encontrar un trabajo adecuado para cerrar sus carreras laborales. Este escenario no aplica a los jóvenes de 20 años. Entonces, ¿dónde están?
La pandemia desbarajustó el mercado laboral. Gran renuncia, menos trabajadores dispuestos a aceptar según qué condiciones después de la crisis sanitaria global... Los empleadores tuvieron que cambiar el esquema a la fuerza. Aumentaron salarios, multiplicaron las ofertas de trabajo e incluso se flexibilizaron requisitos para cubrir los puestos de trabajo. Todo para atraer a un grupo más pequeño de trabajadores disponibles.
El nuevo sistema tuvo éxito entre los jóvenes de 16 a 19 años, recoge el Wall Street Journal en un análisis del mercado laboral de EEUU. De hecho, fueron los grandes beneficiados: disfrutaron de aumentos mucho antes que cualquiera de sus predecesores en esa franja de edad. En 2021, ese grupo ya logró la tasa de participación más alta desde 2009, en el 36,2%, y desde entonces ha subido cuatro décimas.
Los cantos de sirena no funcionaron con el grupo de 20 a 24 años. Y aquí, los expertos apuntan varias explicaciones. La primera, una vuelta a los estudios. La pandemia pudo animar a muchos a aprovechar el parón para estudiar un posgrado. Históricamente, una caída en la participación de la fuerza laboral se asocia a un aumento de las matrículas, cita ese mismo medio, aunque en esta ocasión esto no es generalizado.
En datos del National Student Clearinghouse, en torno a 1,5 millones de estudiantes menos se matricularon en la universidad este otoño en comparación con antes de la pandemia, siguiendo la tendencia de la última década auspiciada por las preocupaciones sobre los créditos a asumir por los estudiantes, entre otras cuestiones.
En concreto, la inscripción en posgrados en todas las edades ha sido un 3,2% más baja este otoño que antes del covid, pero las inscripciones entre las personas de 21 a 24 años fue curiosamente un 8,5% más alta. Es decir, la primera explicación apunta a que los trabajadores de poco más de 20 años estarían estudiando.
Otra explicación. Entre las personas de entre 20 y 24 años también hay 'ni-nis' que ni estudian ni trabajan. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la tasa ni-ni aumentó en esa franja de edad del 14,67 % en 2020 al 18,27 % en 2021. Es su nivel más alto desde 2014. Aquí las explicaciones que se barajan son varias: podrían haber abandonado los estudios al estallar la pandemia antes de acabar secundaria, podrían haber tenido que dedicarse al cuidado de mejores (aunque en este caso las estadísticas no reflejan grandes cambios con respecto a 2019), podrían haberse auto aislado por miedo a contagiarse del virus o por enfermedades derivadas del mismo, incluso por afectación a su salud mental.
El último planteamiento apuesta por un cambio de mentalidad. Los jóvenes de 20 o pocos años más podrían simplemente estar esperando por una oportunidad de trabajo adecuada. Se amparan en la facilidad por encontrar trabajo ahora mismo mercado laboral estadounidense, con las ofertas disparadas desde 2021 y las renuncias, aunque más sofocadas, suficientemente potentes como para dar confianza a la hora de encontrar un trabajo.