España sigue perdiendo puestos en el índice de libertad económica. El Instituto de Estudios Económicos (IEE) sitúa a nuestro país en los puestos de cola de la OCDE, lastrado por "el comportamiento de variables que están influidas por políticas que se implementan en clave nacional". El estudio 'La unidad de mercado como reto pendiente para la libertad de empresa. Índice de Libertad Económica 2022' ubica a España en el puesto 41 de los 184 países analizados, en el 29 de los 38 desarrollados y destaca nuestra pertenencia a las instituciones europeas como único valor positivo.
En contra, el informe explica que España obtiene las peores calificaciones por su volumen de carga impositiva y gasto público, pero sobre todo por su salud fiscal, deteriorada por "los elevados niveles de deuda y déficit públicos y también, por un cierto empeoramiento de las variables de buen gobierno", afirma el documento elaborado por la fundación Heritage, y adaptado al español por el IEE.
Durante la presentación del estudio su presidente, Íñigo Fernández de Mesa, ha recordado que el índice de 'The Economist' degradó en febrero a España de la categoría de 'democracia plena' a 'democracia con defectos' por la peor valoración de su "independencia judicial". "Nuestro país continúa con desafíos para la gobernanza, como la fragmentación política o la corrupción, al tiempo que sigue presentando problemas de sobrecarga y lentitud en el sistema judicial, que, además, padece una creciente interferencia política", dijo Fernández de Mesa.
El informe otorga los primeros puestos del ranking a Suiza, Irlanda y Nueva Zelanda, e insiste en que se aprecia una "relación muy positiva entre un aumento de libertad económica y calidad de vida, como se refleja en que el PIB per cápita medio de las economías con nivel muy alto de libertad económica es más de diez veces superior al de la media de los países donde la libertad económica es muy baja". Por debajo de España tan sólo se encuentra un puñado de países comunitarios encabezados por Italia y Grecia.
Pide unidad de mercado
No es el único suspenso que recibimos. El documento alerta de la mala posición de España en cuanto a libertad de empresa, y nos sitúa en la zona baja de la clasificación por debajo de la media de la OCDE y la Unión Europea. En este apartado, el estudio valora de manera positiva el apoyo que los fondos europeos están suponiendo para la inversión empresarial, pero critica la complejidad de nuestro marco legislativo.
En este sentido, critica que las comunidades autónomas utilicen sus competencias normativas de manera contraria a los principios de buenas prácticas regulatorias favoreciendo la fragmentación regulatoria y, por tanto, quebrantando la unidad de mercado. El estudio cuantifica entre el 1,5% y el 2,5% del PIB, el coste que esto genera para las empresas. Por el contrario, calcula que el PIB podría crecer hasta un 3% si se reduce la regulación.
Para solventarlo, el IEE pide seguir avanzando en la aplicación de la parte que queda vigente de la Ley de Unidad de Mercado, y apunta a la Ley de Mercado Abierto de la Comunidad de Madrid como ejemplo a seguir ya que permite "a las empresas establecidas legalmente en otra región española operar libremente en territorio madrileño sin ningún requisito adicional".