
El grupo Telefónica anotará en sus cuentas del cuarto trimestre unos ingresos extraordinarios de 1.316 millones de euros por las devoluciones de impuestos tributados de forma indebida. Según informó la compañía de telecomunicaciones, Telefónica ha recibido la notificación del acuerdo de ejecución de una sentencia de la Audiencia Nacional que permite al grupo español recibir de la Agencia Tributaria unos pagos por importe de 790 millones de euros, así como otros 526 millones en concepto de intereses de demora.
La decisión de la Audiencia Nacional ya era firme desde hace casi justo un año, pero fue ayer cuando no se formalizó con pleno derecho. En este caso, se confirman los criterios de utilización de bases imponibles negativas y deducciones mantenidas por Telefónica en relación con los acuerdos de liquidación derivados de la inspección del Impuesto sobre Sociedades de los ejercicios 2008 a 2011.
Los ingresos extraordinarios se remontan en tiempos de Lycos, compañía deficitaria de Internet que generó sus correspondientes créditos fiscales. Inicialmente, la Audiencia Nacional falló en favor de Telefónica por las minusvalías de la venta del desaparecido portal de Internet, con el objetivo de reducir su factura fiscal. Sin embargo, meses después, la Abogacía del Estado elevó un recurso ante dicha sentencia, abriendo una incógnita que se despejó de forma favorable para la operadora, primero a través de la sentencia del Tribunal Supremo de hace un año y después la notificación formal realizada ayer. Por lo tanto, la teleco recupera el importe abonado de forma indebida, una vez conocidos los intereses del capital.
En la memoria del primer semestre de 2022, Telefónica no cuantificó la cantidad que ingresará por parte de las arcas públicas, aunque ahora este periódico ha confirmado que los ingresos extraordinarios se reflejarán en las cuentas del cuarto trimestre, una vez que las del tercer trimestre -cuyos resultados se presentan la próxima semana- ya están cerrados y auditados.
A partir de ahora, la compañía que preside José María Álvarez-Pallete deberá decidir el destino de estos fondos ahora inyectados en la caja. Por un lado, la recompensa fiscal podría invertirse en crecimiento o, por el contrario, reducir la deuda del grupo -actualmente cifrada en 27.453 millones de euros- en unos momentos especialmente oportunos debido al encarecimiento generalizado de los tipos de interés. Esa inyección permitiría al grupo compensar gran parte de los 1.400 millones de euros de incremento de la deuda provocado por las adquisiciones de los activos móviles de Oi y BE-terna.