Economía

Qué son los fondos de emergencia y por qué debes plantearte tener uno

  • Los fondos de emergencia están más valorados que antes de la pandemia
  • El plan para elaborarlo depende de los objetivos y posibilidades de cada uno
  • Una vez conseguido, se puede seguir ahorrando o empezar otro nuevo
Fondo de emergencia (Dreamstime).
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Antes de la pandemia, era normal pensar en el ahorro para emergencias financieras como un escenario en caso de necesidad. Pero tras observar y experimentar despidos, crisis sanitarias e incertidumbre, muchos ya están reconsiderando cómo ahorran y planifican para los imprevistos.

De acuerdo con una entrevista reciente del asesor financiero Personal Capital, el 51% de los estadounidenses asegura actualmente que tener un fondo de emergencia es una prioridad mayor. Sin embargo, las personas sin muchos ahorros pueden preguntarse por dónde empezar.

Aquí se les proporciona una guía paso por paso, para preparar un fondo de emergencia cuyas características se adapten al presupuesto de cada uno.

¿Qué es un fondo de emergencia?

Un fondo de emergencia es una reserva de efectivo que se separa para cubrir gastos no planeados; como podrían ser facturas médicas, mantenimiento del hogar, reparaciones del coche o una potencia etapa de desempleo. Y es que si no se cuenta con ahorros, incluso una pequeña emergencia puede complicar las finanzas personales.

En EEUU, menos de la mitad de sus ciudadanos tiene los ahorros suficientes como para afrontar una emergencia de 1.000 dólares, de acuerdo con la compañía de servicios financieros Bankrate. Además, el 35% de los mismos afirmó que pagarían la emergencia con tarjeta de crédito, con un préstamo personal, o pidiendo dinero prestado a familia o amigos.

El vicepresidente de comunicaciones en National Foundation of Credit Counseling, Bruce McClary, explica que: "Depender demasiado en la deuda como seguridad financiera puede llevar a mayores problemas con el tiempo. Y puede acarrear consecuencias para tu capacidad crediticia si la deuda se vuelve inmanejable".

Acto seguido, se presentan cinco pasos para empezar y desarrollar un fondo de emergencia según la cantidad de ahorro, las preferencias o la organización:

1. Hacer presupuesto con ingresos y gastos

Antes de comenzar a almacenar el dinero, es una buena idea hacer números y preparar un plan. Para ello se debe calcular: salario neto, gastos fijos y básicos, y aquella cantidad que se pretende ahorrar.

Se debe por tanto comenzar observando los desembolsos más recientes, para conocer la cantidad mensual exacta que finalmente se mantiene. Algunos ejemplos de gastos básicos son el hogar, el transporte o la alimentación, entre otros.

Se utilizará aquí el ejemplo de una persona que consigue unos ingresos discrecionales (restando al salario neto los gastos fijos básicos mensuales) de 500 euros. Se utilizará esta cantidad para saber cuánto dinero ahorrar.

2. Objetivos de ahorro y cuánto separar al mes

Lo siguiente será planificar unos objetivos de ahorro, así como la manera de alcanzarlos. Al no haber una fórmula válida para todo el mundo, los expertos en finanzas recomiendan ahorrar un valor equivalente a entre tres y seis meses de gastos esenciales. Un ejemplo sería entre 1.800 euros y 3.600 euros, según la recomendación que se decida seguir.

Aquí se debe considerar la situación particular. Quizás una persona que viva en zonas de bajo coste pueda apañárselas con tres meses, pero si se poseen pagos recurrentes de deuda quizás la mejor opción implique los seis meses. Ahorrar miles de euros puede parecer imposible, pero es lógico comenzar con menos, como un fondo de emergencia de 400 euros o menos, y avanzar desde ahí.

Volviendo al ejemplo de los 500 euros, hasta para el individuo más parsimonioso sería complicado guardar todo ese ahorro para el objetivo marcado. Aquí cobra importancia el ser realista sobre cuánto se está dispuesto a sacrificar para el fondo, de modo que no se comience con demasiado y se termine por sentirse quemado. Con el ejemplo, se situará un objetivo de 200 euros para cumplir las metas. Conviene entonces dividir el objetivo de ahorro entre esa partida a separar, para saber el tiempo que llevará conseguirlo:

-Si se ha escogido un ahorro equivalente a tres meses de gastos: 1800/200 = 9 meses para alcanzarlo.

-Si el ahorro equivale a seis meses de gastos: 3600/200 = 18 meses necesarios para lograr la meta de ahorro.

3. Escoger un vehículo de ahorro

El fondo de emergencia debe permanecer en un lugar donde sea fácil acceder a él, en caso de que surja la necesidad de acudir rápidamente al capital. Mientras se comparan precios, se debe considerar si el banco carga cuotas, o si paga un interés, entre otros. 

Conviene también comprobar las opciones de retirada de dinero que se poseen. Algunas cuentas bancarias en las que fijarse son: 

-Cuentas de ahorros con interés elevado: obsequian con un ratio porcentual anual más elevado que las cuentas de ahorro tradicionales, y dan la opción de mover instantáneamente el dinero a una cuenta corriente cuando sea necesario, para retirarlo desde ahí.

-Certificados de depósitos (CD): ofrecen un ratio de retorno garantizado si se mantiene el dinero en la cuenta por un período de tiempo determinado (desde algunos meses a varios años). Aunque se permita retirar efectivo dentro de este plazo, normalmente se deberá pagar una penalización, y tampoco permite hacer nuevos depósitos una vez se hayan añadido los fondos iniciales. Esta opción no es recomendable para los que quieran contar con retiradas de dinero sencillas.

-Cuentas de mercado monetario: también suelen ofrecer un ratio porcentual anual más elevado, pero pueden incluir una tarjeta de débito y capacidades para rellenar cheques.

4. Automatizar las transferencias recurrentes

Una vez abierta la cuenta, se deben situar las contribuciones regulares que vayan dirigidas a esta. La automatización puede facilitar el ahorro y evitar la tentación de gastar ese dinero, si este ya está apartado en una cuenta con un propósito específico. De acuerdo con la directora de bienestar financiero en Money Management International, Maura Attardi: "Si no lo ves, no lo gastarás".

A veces se podrá establecer un depósito directo, para que una parte del salario vaya directa al ahorro, o bien se pueden preparar transferencias automáticas para trasladar el dinero desde la cuenta corriente al fondo. No será necesario tampoco destinar todo el dinero extra al ahorro, pero a mayores cantidades se dediquen, antes se llegará al objetivo.

5. Continuar con el ahorro

Si finalmente se alcanza la meta de ahorro planeada, ¿Por qué parar en ese punto? Es una buena idea mantener el ahorro, incluso si se piensa que ya no se necesita. "Revisa tu presupuesto de vez en cuando y ajústalo según tus necesidades y metas", añade McClary. Algunos motivos para seguir ahorrando son: 

-Establecer otra meta de ahorro, como unas potenciales vacaciones o un próximo pago por una casa o un coche.

-Reponer el fondo si ya se ha echado mano a este.

-Añadir al propio fondo más dinero si los gastos básicos aumentan, si no se poseen unos ingresos regulares, o si se trabaja en un sector donde exista un elevado riesgo de despido.

Otro importante motivo es ahorrar a largo plazo. De acuerdo con Attardi, la regla del pulgar implica guardar al menos el 10% de los ingresos para la jubilación. Se podría comenzar con un porcentaje menor, incluso un 1%, si luego se va progresando.

Situaciones para acogerse al fondo de emergencia

"Es tu dinero, así que tú deberías elaborar las reglas con este", sentencia McClary. El mismo enumera algunos escenarios para los que es especialmente útil:

-Perder el trabajo.

-Ver reducidos los ingresos.

-Averías del coche.

-Reparación importante en el hogar.

-Gasto médico cuantioso.

Sin embargo, cabe considerar si realmente es necesario acudir a este, si se necesita para "sobrevivir", como dice Attardi. "Si no, entonces da otros pasos, como examinar y ajustar el presupuesto actual, que podría ser una mejor opción".

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