
Es ya bien conocido que España constituye una rara avis al mantener en vigor el Impuesto de Patrimonio, puesto que en toda Europa ya solo existe en Suiza, Noruega y, parcialmente en Luxemburgo. Ahora bien, en nuestro país la aplicación de tan anacrónico tributo presenta igualmente diferencias con respecto a las tres economías citadas. No en vano el caso español es el único en el que, junto a Patrimonio, se castiga también la riqueza a través de un muy elevado tipo máximo del IRPF y mediante la tributación de las rentas de capital (recientemente incrementada por el Gobierno).
Así lo refleja un reciente estudio de Freemarket Corporate Intelligence en el que precisamente se critican las últimas medidas fiscales impulsadas por Hacienda como causante de un efecto "injusto, insolidario y lesivo para el conjunto de la economía".
Freemarket resalta hasta qué punto el Impuestos e Patrimonio es un gravamen en retroceso a escala mundial, dado que "alrededor de la mitad de los países de la OCDE nunca han tenido una figura semejante y otros trece Estados lo han abolido en las últimas tres décadas". Ahora bien, hay que hacer "consideraciones" sobre cuáles son sus efectos allí donde subsiste.
En otras palabras constituye una verdadera anomalía que, como ocurre en España, Patrimonio, conviva con un tipo máximo del Impuesto sobre la Renta del 54%, como ocurre en la Comunidad Valenciana una vez sumado el tramo estatal y el tramo autonómico del IRPF. Es más, aparte del territorio gobernado por Ximo Puig, todavía hay otros que igualan o superan el 50% en su mayor tramo del Impuesto sobre la Renta. Son Asturias, Cantabria, Navarra, La Rioja y Cataluña.
No más del 30%
El contraste no podría ser más claro con respecto a Suiza y Luxemburgo. Allí las rentas altas también pagan el Impuesto de Patrimonio, pero el marginal máximo del IRPF para los suizos se sitúa en el 30% a partir de los 100.000 francos suizos.
Más alto es ese gravamen en Luxemburgo, el 42% a partir de 200.000 euros, pero debe tenerse en cuenta que Patrimonio se aplica con unas limitaciones particulares, que no existen en España. Concretamente, desde 2006, no se aplica a las personas físicas por lo que su área de acción se concentra en las sociedades anónimas, las de responsabilidad limitada y las sociedades en comandita por acciones. En lo que respecta a Noruega, Freemarket sitúa su tipo marginal máximo en 55,3% pero lo cierto es que los datos más recientes de la OCDE reflejan cómo, tras aplicar varias deducciones al alcance del contribuyente, el gravamen baja al 39,4%, muy inferior a los niveles propios de España. Se aleja así incluso de la tendencia dominante en otros países escandinavos que sitúan esta carga fiscal en el 55,9% (Dinamarca), 52,3% (Suecia) y el 51,2% (Finlandia).
Más presión de Montero
Con respecto a la tributación de las rentas de capital la ministra María Jesús Montero anunció que subiría el tipo al 27% para los tramos superiores a 200.000 euros mientras llegará al 28% por encima de los 300.000 euros. Nuevamente la comparación es odiosa para nuestro país.
En lo que concierne a Suiza este tipo de tributación es inexistente. En Luxemburgo sí tiene vigencia pero no pasa del 17% el gravamen aplicado. En lo que respecta a Noruega se queda en el 22%.