
"Felicidades Italia y sigue con el buen trabajo!". Son palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, aunque no es un mensaje celebrando la victoria de Giorgia Meloni en las elecciones del pasado domingo, sino un anuncio del desembolso de 21.000 millones de euros correspondientes del plan de recuperación de Italia.
Que este desembolso sea anunciado justo después de las elecciones que han dado la victoria a la ultraderecha a Italia se debe al calendario pactado con el anterior gobierno, el de Mario Draghi, pero también puede entenderse como un mensaje a un futuro gobierno en Roma que pretende desafiar a la Unión Europea con muchos de sus postulados. Bruselas seguirá pagando si Italia sigue cumpliendo con sus compromisos como hasta ahora.
"Insto al próximo gobierno italiano a asegurar que se aprovecha esta oportunidad", ha dicho el comisario de Economía y exministro italiano, Paolo Gentiloni. En Bruselas, Meloni genera inquietud y preocupación, aunque por ahora se ha optado por el silencio.
Este pago está formado por 11.000 millones en créditos y 10.000 millones en subvenciones directas y para desbloquearlo Italia ha tenido que cumplir con 45 hitos y objetivos, relacionados con el empleo público, las licitaciones públicas, la administración fiscal o el profesorado. La luz verde de la Comisión no es la definitiva, pues los Veintisiete deben refrendar la decisión en las próximas cuatro semanas.
Italia es la tercera economía europea, arrastra una deuda inasumible y la crisis vinculada a la guerra con Rusia la está arrastrando al borde de la recesión. También es el principal receptor de fondos europeos post-pandemia, condicionados a un programa de reformas que Meloni ya ha dicho que quiere enmendar. En total, el país que previsiblemente liderará Meloni con la ayuda de Salvini y Berlusoni tiene asignados 191.000 millones, de los que ya ha recibido casi 46.000.
Un nuevo plan de reformas
Si quiere presentar un nuevo plan de reformas para conseguir el resto del dinero, el nuevo gobierno italiano debería renegociar con Bruselas todas las condiciones, plazos, objetivos y reformas, que también deberían cumplir los objetivos comunes de digitalización y descarbonización de la economía.
En cuanto al presupuesto, el nuevo gobierno italiano puede presentar una propuesta presupuestaria nueva una vez entre en funciones, pero antes del 15 de octubre (cuando es posible que el gobierno todavía no esté formado) debería presentar el presupuesto actual prorrogado. "No hay una fecha límite para la presentación del borrador presupuestario actualizado, pero la regla general dice que esto debe pasar un mes antes de que sea adoptad por el nuevo parlamento", ha dicho un portavoz de la Comisión Europea.