
El crecimiento de las exportaciones de China se ha acelerado inesperadamente en julio, lo que en principio ofrece un impulso alentador para la economía a medida que lucha por recuperarse de la desaceleración provocada por los confinamientos. Sin embargo, la mayor parte de los expertos coincide: este auge de las exportaciones está provocado por motivos extraordinarios, únicos y, por tanto, será posiblemente de carácter temporal. China se enfrenta a una realidad muy diferente.
Las exportaciones aumentaron un 18% en julio respecto al año anterior, el ritmo más rápido de este año, según revelaron el domingo datos oficiales de aduanas, en comparación con un avance del 17,9% en junio y superando las expectativas de los analistas de un crecimiento del 15%.
Un pilar que puede derrumbarse
Los envíos han sido uno de los pocos puntos brillantes para la economía china en 2022, cuando los generalizados confinamientos han afectado duramente a las empresas y los consumidores y el otrora poderoso mercado inmobiliario ahora se tambalea. A todo lo anterior hay que sumar la creciente tensión con Taiwán y EEUU, cuyo impacto puede ser una mayor pérdida de confianza en consumidores y empresas.
"El crecimiento de las exportaciones de China volvió a sorprender al alza. Continúa ayudando a la economía de China en un año difícil, cuando la demanda interna sigue siendo lenta", asegura Zhiwei Zhang, economista jefe de Pinpoint Asset Management.
El espejismo de las exportaciones
Sin embargo, muchos analistas consultados por Reuters han apuestan a que las exportaciones se debilitarán en los próximos meses a medida que la economía mundial pierde fuerza.
Son varios los frentes abiertos en este caso. Por un lado, el consumidor americano está cerca de dilapidar el exceso de ahorro acumulado durante la pandemia, lo que reducirá la demanda bienes chinos en EEUU. En el caso de Europa, el otro gran cliente de China, la crisis energética tendrá un impacto similar o incluso más nocivo: parece cada vez más probable que la economía mundial se encamina hacia una desaceleración grave, agobiada por los altos precios y el aumento de las tasas de interés, aseguran desde Reuters.
"La sorprendente fortaleza de las exportaciones de China en julio debería respaldar la economía. El problema es que no durará mucho más. El buen dato ha sido, en parte, por los exportadores que se pusieron al día con los negocios que se retrasaron por los cierres, lo que han enmascarado la debilidad de la demanda externa. Con tales envíos acumulados desvaneciéndose, las exportaciones están se desacelerarán durante el resto del año, erosionando un colchón clave para el crecimiento y dejando a la economía más vulnerable a las presiones de la crisis inmobiliaria y los grilletes de las políticas covid-cero", asegura Eric Zhu, economista consultado por la agencia Bloomberg.
Hu de Macquarie, también economista de Bloomberg, comenta que la resiliencia en las exportaciones podría ser el resultado artificial de la estrategia covid cero de China, que "beneficia la producción a costa del consumo", y agregó que un yuan más débil este año y los efectos de los precios podrían ayudar a explicar los datos de exportación. "En julio, aproximadamente la mitad del crecimiento general de las exportaciones probablemente se debe al efecto de los precios", destaca.
La incógnita de la demanda interna
Por otro lado, la economía también depende en gran medida de la demanda interna, que se ha desplomado durante los confinamientos. Ahora, la pregunta es con qué fuerza resurgirá a medida que mejore la situación sanitaria.
Pekín ha adoptado una serie de medidas para impulsar la demanda este año, incluida la reducción de los impuestos sobre la compra de algunos coches de bajas emisiones y una llamada a los gobiernos locales para que respalden una demanda razonable en el mercado inmobiliario, que sigue siendo la gran preocupación este año en medio del tumulto en el inmobiliario.
En una reunión del Politburó el mes pasado, las autoridades aseguraron que el país debería esforzarse por lograr "el mejor resultado" posible para el crecimiento económico en 2022, y emitió un comunicado que no se refería explícitamente al objetivo de crecimiento de "alrededor del 5,5%", que los economistas ya creen que es fuera de alcance.
La misma semana de esa reunión, los principales líderes de China aseguraron a los funcionarios del gobierno que el objetivo debería servir como guía en lugar de un objetivo difícil que debe alcanzarse. China empieza a reconocer lo imposible de sus propios objetivos.