Una semana después de que la Cámara de Comercio de Barcelona rebajara las previsiones de crecimiento de la economía catalana, la Generalitat confirma la desaceleración de la actividad de la autonomía. Si en el primer trimestre la expansión fue del 6,4%, en el segundo se quedó en el 4,8%. Y gracias al boom turístico.
El Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat) hizo públicos este lunes los datos de crecimiento de la economía en el territorio, que se mantiene en positivo a pesar de la subida generalizada de los costes. A nivel interanual, el avance fue del 4,8%, una subida más moderada que la del trimestre precedente por culpa del desplome de la industria, que cae al ritmo del 1,5%.
"Aunque las ventas se mantienen a un buen ritmo de crecimiento a precios corrientes, hay que tener en cuenta el incremento del coste de las materias primas y suministros y el aumento de precios. Tienen como consecuencia que los resultados en volumen del valor añadido industrial pasen a ser negativos", justificó la entidad.
También registró un descenso del 1,6% la agricultura.
La economía catalana crece gracias al turismo
Sin embargo, el motor del crecimiento fue el sector servicios, que avanzó al ritmo del 7% en el segundo trimestre. La clave estuvo en la recuperación turística, que ya roza los niveles previos a la pandemia tras dos años con la actividad segada por las restricciones.
El crecimiento del 4,8% deja a la economía catalana con un avance de cinco décimas inferior al de la economía española y de ocho décimas más que la de la Unión Europea. A nivel intertrimestral, la subida fue del 1,5%%, cuatro décimas más que la de España (+1,1%) y nueve décimas mejor que la continental (+0,6%).
Además, la expansión situó la actividad ya prácticamente al mismo nivel que antes de la pandemia. Según los datos del Idescat, el Producto Interior Bruto es ya el 98,9% que había en el último trimestre de 2019.