Las tensiones en los mercados energéticos (petróleo y gas) y de materias primas, así como los altos costes derivados de una inflación que ha alcanzado cotas sin precedentes en las economías avanzadas ha destrozado el sector exterior de los países europeos. La balanza de pagos por cuenta corriente -pagos por las exportaciones e importaciones de bienes, servicios, capital financiero y transferencias financieras- de la Unión Europea ha caído 32.000 millones entre enero y mayo de este año.
De esta forma, mientras que en diciembre del año pasado se encontraba en positivo con un superávit de 22.781 millones, según la Oficina de Estadística Europea (Eurostat), esta ha ido cayendo hasta anotar un déficit en el mes de mayo -último dato disponible para la mayoría de países- de casi 10.000 millones de euros.
A pesar de que las caídas son pronunciadas en casi la totalidad de los países de la UE, destaca el desplome de dos grandes potencias como son Alemania y Francia que aportan la mayor parte del déficit del saldo exterior del conjunto de la UE. Mientras la economía alemana tenía a cierre de año un superávit de 24.623 millones, este ha ido disminuyendo hasta mantenerse en el filo del positivo con 2.531 millones, lo que arroja una caída de más de 20.000 millones hasta mayo.
Por su parte, el país galo es el que más ha sufrido la debacle al pasar de un superávit de casi 8.000 millones de euros en su balanza de pagos de diciembre del pasado año a desplomarse con un déficit exterior de cercano a los 11.000 millones.
Italia, la tercera economía de la UE, también ha dado la vuelta al color de su balanza exterior, desde un negro de 1.014 millones de euros en positivo a 1.251 millones. Del desplome de 32.000 millones de euros, las tres principales economías comunitarias suman 43.179 millones en negativo.
Un montante que difícilmente han conseguido compensar algunas de las economías comunitarias, que también las ha habido, que han mejorado sus cuentas exteriores. Entre ellas, Bulgaria (con 839 millones de mejora), Dinamarca, Luxemburgo, Polonia o Suecia han conseguido aumentar su balanza por cuenta corriente en lo que va de año.
España registra un déficit de 479 millones en abril, 296 millones más que a cierre de 2021
En el caso de España, la cuarta economía de la UE, los últimos datos facilitados por el Banco de España que corresponden al mes de abril, muestran como la balanza de pagos por cuenta corriente presentaba un déficit de 479 millones de euros frente los -183 millones a cierre del año pasado. En este sentido, y a pesar de que la diferencia no es muy grande, el acumulado de enero a abril eleva el déficit a 4.126 millones de euros, frente al superávit de 535 millones de euros del mismo periodo de 2021. Asimismo, cabe destacar como de enero a abril de este año, el turismo aporta el 9,4% de los ingresos.
Peso del comercio
Gran parte de la causa de estos datos tiene que ver con la balanza comercial de cada país –que registra solo las importaciones y exportaciones de bienes– y que en muchos países representa el componente más grande dentro de la balanza de pagos por cuenta corriente.
Según los datos de Eurostat, la balanza comercial de Alemania tuvo un superávit en mayo de 2.268 millones frente a los 8.765 de diciembre cuando el contexto económico y geopolítico todavía se mantenía estable.
No obstante, estos datos varían según la fuente de referencia. Así, la Oficina Federal de Estadística Alemana (Destatis) señalaba como en el mes de mayo la "locomotora" económica de Europa entraba por primera vez en 31 años en déficit comercial al cerrar con un saldo negativo de 900 millones de euros.
Lo mismo ocurre en España. Mientras Eurostat muestra un déficit comercial por cuenta corriente de 6.181 millones solo en mayo el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (con datos de Aduanas) rebaja el déficit comercial de 4.759 millones. Y en el acumulado hasta mayo, el déficit comercial español alcanzó los 26.569,7 millones de euros. Esta cifra supone multiplicar por seis los 4.419,6 millones del mismo periodo de 2021, debido en buena parte al encarecimiento de los productos energéticos adquiridos en el exterior. Y es que, el saldo energético supone casi la totalidad del déficit (20.989 millones).