Tres años después de convertirse en CEO de un fondo de inversión de éxito, Andrew Formica lo deja todo para disfrutar de su vida y su familia en la otra punta del mundo.
Hasta el próximo 1 de octubre, este economista formado en la London School of Economics dirigirá Jupiter, una gestora de activos con base en Londres valorada 67.900 millones de dólares en la que lleva desde 2019. Y a partir de entonces dejará su carrera para "volver a su Australia natal y pasar más tiempo con su familia", según ha anunciado Jupiter a sus clientes en una nota.
Más claro ha sido Formica en una llamada telefónica con Bloomberg: "Solo quiero tirarme en la playa y no hacer nada. No estoy pensando en otra cosa".
El anuncio ha pillado por sorpresa a los inversores y se trata de un cambio abrupto para un fondo, un negocio que precisa de un líder férreo que fije una hoja de ruta de inversión. Tanto es así que la junta se ha apresurado a nombrar como sucesor de Formica a Matthew Beesley, el jefe de inversiones de la compañía.
El mensaje de retiro del CEO choca con la visión que el fondo ha mandado a sus inversores, a quienes asegura que Formica continuará apoyando a la nueva directiva durante un año. "Andrew se trasladará de nuevo a Australia, pero permanecerá en el negocio hasta el 30 de junio de 2023 para garantizar una transición de liderazgo sin problemas y para ayudar con una serie de objetivos estratégicos, incluyendo el apoyo al negocio asiático y el desarrollo de nuestra oferta en el mercado australiano", ha declarado Jupiter en un comunicado.
Formica ha decidido retirarse del mundo de la inversión tras 29 años en esta profesión y haber dirigido la fusión del fondo estadounidense Janus y la firma británica Henderson, que dio lugar a la creación de Janus Henderson, una inversora que gestiona más de 400.000 millones de dólares en activos. Sin embargo, abandonó el fondo tras perder una batalla para posicionarse como CEO.
Según el comunicado publicado por Jupiter, el consejo de administración examinó a candidatos externos antes de elegir a Beesley como sucesor de Formica, pero finalmente quedó "impresionado por su visión estratégica, su capacidad de liderazgo y su inquebrantable enfoque en los resultados de los clientes".
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