Los gurús de la economía empiezan a señalar los riesgos de las nuevas medidas propuestas por el Banco Central Europeo. Es el caso de Nouriel Roubini, profesor de Finanzas de la Universidad de Nueva York, quien ha alertado este sábado de que, si bien la situación de la economía estadounidense no es favorable, la que atraviesa la eurozona es especialmente preocupante. Además, ha señalado el caso de Italia como el país que más puede sufrir durante los próximos meses.
En un artículo publicado en Financial Times, Roubini ha señalado que la zona euro se enfrenta a peligros que no se aprecian en el resto de economías mundiales. "La zona podría ir hacia una recesión incluso antes de que el BCE comience a subir los tipos", apunta Roubini. De esta forma, el experto deja entrever que la posibilidad de recesión es inminente, puesto que el organismo dirigido por Christine Lagarde ya anunció hace unas semanas que iniciará las subidas en su reunión de julio.
El profesor emérito de la Stern School of Business indica las grandes diferencias entre el conjunto de economías de la moneda única y la de Estados Unidos. Por una parte, cita al shock de oferta, incluyendo el encarecimiento de la energía y las materias primas, que alimenta la inflación. Alude también a un crecimiento inferior en salarios y creación de empleo, a una "recuperación anémica" tras la pandemia, al debilitamiento del euro y a la mayor exposición a las exportaciones de China, que pueden verse afectadas por la política de 'cero Covid' y seguir empujando los precios al alza.
"Un aterrizaje forzoso no solo exacerbaría esos problemas sino que intensificaría las preocupaciones del mercado sobre la sostenibilidad de la deuda o el riesgo de fragmentación. El círculo vicioso entre los gobiernos endeudados y los bancos que poseen esa deuda, una situación fijada en las cabezas de muchos por la crisis de la eurozona de hace una década, volvería a estar en el foco", argumenta.
En este aspecto, sí cree que el mecanismo anunciado por el BCE es necesario porque las medidas de política monetaria afectarán de forma distinta a los 19 países de la zona euro, pero cree que es algo "más fácil de decir que de hacer". Roubini recuerda que la adquisición ilimitada de bonos soberanos por parte del banco central está condicionada a una serie de medidas económicas que pongan en el buen rumbo las finanzas del país, lo que desincentiva a los países más perjudicados a que soliciten este rescate.
Roubini señala especialmente el caso de Italia, de quien dice que tiene "bajo potencial de crecimiento, un gran déficit fiscal y una enorme deuda pública, posiblemente insostenible, que ha aumentado durante la pandemia", una deuda a la que le costará cada vez más poder pagar cuando el BCE empiece a subir los tipos de interés. Además, recuerda que habrá elecciones en el país en 2023 que pueden dar como resultado una coalición de derechas con partidos euroescépticos para quienes podría ser "inaceptables" las condiciones que el banco central imponga de cara a la compra de deuda soberana italiana.
Cabe recordar que, en una reunión de urgencia convocada el miércoles, la entidad dirigida por Lagarde comunicó que flexibilizará la reinversión de la cartera de vencimientos del programa de compra de emergencia, de forma que se adquiera más deuda de aquellas economías más perjudicadas. Es la forma en la que el BCE ha intentado refrenar el miedo de los inversores hacia los países periféricos, donde la prima de riesgo se ha disparado en las últimas semanas ante el miedo a los efectos de una recesión. En la práctica, esto supondrá que el BCE dejará de comprar deuda de los países fuertes, como Alemania o Francia, para aumentar el apoyo a los que están en riesgo, como Italia, España, Grecia o Portugal.