
La clase media peruana aumentó en 2021 hasta el 30,6% de la población tras la caída registrada con la pandemia, pero aún lejos del porcentaje de 2019 (39,2%), según el Instituto Peruano de Economía (IPE), que estima que el país tardará una década en recuperar las cifras previas a la pandemia.
De esta forma y según los cálculos del IPE, esa estimación se cumplirá si el Producto Interno Bruto (PIB) crece a un ritmo promedio de entre 2% y 2,5 % cada año, e, incluso en un escenario más optimista como la reciente proyección del Ministerio de Economía y Finanzas para el período 2022-2025 (3,4%), la recuperación sería en siete años. Por su parte, analistas de BBVA Research sugieren que la actividad está perdiendo impulso de manera relativamente rápida por lo que prevé que el crecimiento se ubicará este año en torno al 2%.
El IPE entiende por clase media la definición utilizada por el Instituto del Banco Mundial. Es decir, los ingresos per cápita diarios ajustados por paridad de poder adquisitivo a precios de 2011 de entre 13 y 70 dólares.
De esta forma, y producto de la pandemia, 4,2 millones de peruanos salieron de la clase media. No obstante, en 2021, 1,5 millones lograron reinsertarse con la recuperación diferenciada de la economía e incompleta del mercado laboral. Este incremento se debe, principalmente, por el incremento de los ingresos extraordinarios ante la liberación de fondos privados, explica el economista jefe del IPE, Victor Fuentes, a elEconomista. Sin embargo, "el uso de estos fondos resulta insostenible y con un mercado laboral debilitado, la consolidación de la clase media enfrenta severos riesgos en 2022".
Con todo, aún hay 2.7 millones de personas que no han logrado regresar al nivel de bienestar que experimentaban antes de la pandemia.
Empleo de baja calidad
El lento avance de la recuperación de este sector estaría vinculado a "la mayor precariedad del empleo", lo que supone más empleo informal y menos empleo adecuado, algo que no logró reducirse durante la mayor parte de 2021.
En 2021, la economía logró crecer 13.1%, aunque comparado con el 2019, apenas se ubicó 0.9% por encima del nivel prepandemia. Sin embargo, el mercado laboral muestra una recuperación incompleta.
La bajada de los salarios reales de la clase media llegó en 2021 a su punto más bajo en 12 años,hasta ubicarse "cerca del 15% por debajo de los niveles de 2019", apunta Fuentes. Además, en esa etapa se registró un incremento en la participación de las fuentes extraordinarias de ingresos como los retiros de planes de pensiones privados, los cuales compensaron cerca de tres cuartos de la pérdida de recursos producto de la caída de los salarios.
La calidad del empleo y la pérdida de la confianza empresarial, causas del desajuste
De esta forma, y, acotados a la ciudad de Lima –zona que se encuentra más rezagada en la normalización del empleo que el resto del país– en abril la Población Económicamente Activa Ocupada (PEAO) continuó aumentando de manera acelerada en términos interanuales (9,5% en enero, 15,2% en febrero, 19,5% en marzo, y 22,9% en abril), registrándose 942 mil ocupados más que hace un año., según el último Análisis Macroeconómico de Perú de BBVA Research.
Sin embargo, la calidad de los puestos de trabajo en Lima, las cifras revelan que la recuperación es muy lenta. La tasa de subempleo se mantiene alrededor de 45%, muy por encima del promedio de 2019. Como resultado de la mayor participación de puestos de trabajo de inferior calidad, los salarios no se recuperan, lo que, sumado a la alta inflación, ubican los ingresos salariales reales (corregidos por inflación) decreciendo en términos interanuales y un 15% por debajo de la situación pre pandemia. Con ello, la masa salarial real, reflejo del poder adquisitivo de las familias, sigue rezagada.
Confianza empresarial
Estas perspectivas de recomposición de la clase media no serán favorables mientras persista el deterioro de la confianza empresarial, que no permite las condiciones para invertir y generar empleos de calidad. En este sentido, cabe recordar que la confianza empresarial volvió a retroceder, de 39 puntos en marzo a 34 en abril (adentrándose en la zona de pesimismo).
Asimismo, el país, al igual que el resto del mundo, cuenta con una alta inflación que dificulta el crecimiento económico. En abril, la inflación en Lima Metropolitana fue casi 8%, la cifra más alta en 24 años y se ubicó muy por encima del rango meta establecido entre 1% y 3%.
No obstante, y a pesar de que se sustenta fundamentalmente en factores internacionales, el IPE estima que los factores locales –como el clima de incertidumbre política local y la creciente conflictividad social– explicaron entre el 20% y 25% de la inflación durante el segundo semestre de 2021. Pese a ello, se espera que la inflación vuelva a converger al rango meta a mediados de 2023, existe mucha incertidumbre respecto a los factores externos que puedan afectar dicha trayectoria
Fuentes estima que los avances en los últimos 30 años en Perú han sido tan importantes como los desafíos que tienen actualmente pendientes. "La mejora del bienestar social en Perú requiere lograr una mayor productividad laboral que asegure mejores empleos y mayores salarios. Frente a ello, resulta imprescindible asegurar un clima propicio para las inversiones, tanto privadas como públicas", señala. "Adicionalmente, la ejecución de la inversión pública también registra una tendencia negativa bajo la actual administración producto de la designación de funcionarios de alta dirección poco idóneos. En promedio, el presidente Castillo cambió un ministro cada 11 días en los 10 meses que lleva de gobierno", apunta el economista jefe del IPE.