Economía

Por qué Elon Musk se preocupa ahora por los usuarios falsos de Twitter

  • La red social podría tener más de 11 millones de perfiles falsos o de spam
Foto: Reuters

Elon Musk ha anunciado este viernes que paraliza la compra de Twitter a la espera de conocer más sobre el número de cuentas falsas que tiene la red social y sus implicaciones en los resultados de la compañía.

El empresario ha comunicado la noticia a través de la propia red social que planea comprar, haciendo referencia a un informe de Twitter donde calcula que "menos del 5%" de las cuentas de sus usuarios son falsas o de spam, una cifra que "podría ser superior", ya que se trata de una estimación.

El mensaje de Musk ha cogido por sorpresa a los inversores, lo que ha provocado el hundimiento de las acciones de Twitter, porque este cálculo fue publicado hace ya 11 días junto a los resultados trimestrales de la compañía. En ellos se detallaba que la red social tiene en este momento 229 millones de usuarios activos, por lo que el número de cuentas falsas podría superar los 11 millones.

La decisión del empresario también ha levantado sospechas entre los analistas por tratarse de una estrategia de Musk para manipular la negociación o incluso tratar de anularla, ya que el argumento de los usuarios falsos no fue una sorpresa para el mercado cuando salió a la luz el pasado lunes. De hecho, Twitter trata de averiguar desde 2017 el número de cuentas falsas o de spam que hay en su red, y desde ese año la estimación siempre ha sido el 5%, según reflejan sus cuentas trimestrales publicadas en la SEC.

Aunque los análisis propios de Twitter no han variado en los últimos cinco años, la tecnológica ha revelado en varias ocasiones que cada vez tiene que destinar más recursos para frenar el incremento de estos usuarios. El asalto al capitolio de enero de 2020 y los siguientes dos años de pandemia han disparado los bulos, las cuentas de spam y los usuarios que publican mensajes que violan las condiciones de uso, lo que provoca un descontento entre el resto de usuarios y pone en peligro el modelo de la compañía.

Según sus informes de transparencia, entre enero de 2020 y junio de 2021, Twitter suspendió más de tres millones de cuentas, y borró más de 10 millones de tuits, una cifra muy superior a años atrás.

Pero la desinformación no es el único reto de la tecnológica, ya que para que los datos de negocio sean fiables y la compañía pueda optimizar sus ingresos necesita demostrar que sus usuarios son reales, es decir, tiene que deshacerse de las cuentas spam. Estas publican contenido de manera automática, los llamados bots programados para generar tuits originales o replicar los de otras cuentas, aunque también pueden ser copiados manualmente por una persona y publicados en diferentes cuentas para difundir un mensaje, como ocurre con las fake-news. Solo en 2020 más de 10 millones de empresas fueron denunciadas por estas prácticas.

Para frenar estos perfiles, la red social actualizó en abril su política anti-spam para prohibir toda clase de comportamientos sospechosos. Por ejemplo, Twitter puede cerrar cuentas que interactúen en grupo para aumentar su visibilidad, que compren seguidores o retuits, que avasallen a otros usuarios por mensaje directo, que hagan 'follow' y 'unfollow' masivamente para inflar sus usuarios o que se aprovechen de hastags destacados para promocionarse o manipular el debate público.

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