
Este viernes, el Tribunal Supremo de EEUU anunció la derogación de la famosa sentencia 'Roe vs. Wade' que, desde 1973, permite el aborto voluntario a las mujeres bajo determinadas circunstancias. Inmediatamente, numerosos estados endurecieron notablemente las condiciones para abortar, lo que costará miles de millones de dólares a la economía del país.
Según un estudio publicado en mayo de 2021 por el Institute for Women's Policy Research, una organización que aboga por el derecho de las mujeres a abortar, si se eliminasen en todo el país las restricciones al aborto las mujeres trabajadoras de entre 15 y 44 años ganarían 102.000 millones de dólares más cada año, y habría 505.000 mujeres que se incorporarían al mercado laboral.
En este estudio se subrayan las pérdidas que supone para la economía el obligar a las madres a llevar a término el embarazo, desde el tiempo de baja posterior a dar a luz a la salida del mercado laboral para cuidar de los hijos en el caso de muchas madres - tanto por voluntad propia como por no poder costear una cuidadora que se haga cargo del bebé - , o abandonando sus estudios en la adolescencia o los primeros años de la adultez. En 2017 un estudio de Myers descubrió que la legalización del aborto redujo el número de madres adolescentes en un 34%, un porcentaje que es aún mayor entre las mujeres afroamericanas.
"Sin una política federal de baja remunerada y un acceso asequible al cuidado de niños, EEUU carece de la infraestructura para apoyar adecuadamente a las madres, especialmente a las madres trabajadoras, lo que hace que la perspectiva de la maternidad sea financieramente inviable para algunas", señalaba la Brookings Institution en un informe al respecto de 2021.
Impedir el aborto, además, ancla a las mujeres de clases sociales más desfavorecidas a su condición económica, perpetuando un ciclo generacional entre parte de las clases bajas en que las mujeres son madres jóvenes y lastran su carrera profesional, lo que les impide obtener mayores ingresos.
De hecho, según un informe del Guttmacher Institute, casi la mitad de las mujeres que abortan en la actualidad en EEUU viven por debajo del umbral de la pobreza y el 55% atraviesa un momento complicado en su vida, como una ruptura de pareja o la pérdida del empleo.
Dadas estas circunstancias, se ha demostrado también que las mujeres a las que no se les permite abortar atraviesan en los meses posteriores al alumbramiento mayores dificultades financieras que aquellas que pueden interrumpir el embarazo.
Puesto que actualmente la regulación sobre el aborto es muy variable entre los estados, muchas mujeres se ven conminadas a viajar a otros estados para poner fin al embarazo. Algunas grandes compañías ya están ayudando a sus empleadas a sufragar los costes del viaje o de cuidados médicos, como Citigroup, Match Group o Levi's.
Se avecina una batalla legislativa
Con 'Roe vs. Wade' derogada, en trece estados han entrado en vigor de forma automática leyes para prohibir el aborto, y en otros cinco se reactivarán las que estaban en vigor antes de 1973. Los estados gobernados por el Partido Demócrata mantendrán previsiblemente legislaciones similares a lo que ha estado en vigor durante el último medio siglo, puesto que algunos de sus territorios lo han consagrado incluso en la constitución estatal.
La revocación del Supremo puede ser solo un primer paso. Aunque el Senado federal está intentando convertir en ley los derechos que se aplican desde el caso 'Roe vs. Wade', tiene pocas posibilidades de lograr la aprobación. Y si los republicanos logran la mayoría en la Cámara de Representantes en las elecciones legislativas de noviembre, la presión para regular en sentido contrario será alta. El partido del elefante ya estudia una legislación mucho más restrictiva con el aborto, y que lo impida más allá de las seis semanas de embarazo en todos los casos.