Economía

Pekín enciende sus alarmas contra la recesión por los nuevos contagios

  • Las restricciones anti-Covid rebajarán hasta un 0,8% su PIB

El Gobierno chino ha encendido todas sus alarmas contra la recesión por el impacto de las nuevas restricciones contra el Covid en el país, que firma estas semanas récord de contagios. Los analistas hablan ya de un efecto sobre el crecimiento del gigante asiático de hasta el 0,8% de su Producto Interior Bruto (PIB), lo que hace peligrar el crecimiento del 5% estimado para este ejercicio.

"China va a sufrir una fuerte desaceleración en marzo por los últimos brotes de Covid-19", apuntan los especialsitas de la consultora Macquarie Capital en una nota publicada a principios de este mes. De esta forma, el país puede terminar el año con un crecimiento por debajo del 5%, la barrera para considerar un crecimiento estable en el gigante asiático. De hecho, China anunció este mes una meta de crecimiento del 5,5% para su Producto Interior Bruto (PIB) en 2022, una de las más bajas en las últimas décadas. Esta cifra supone una importante reducción frente al avance del 8,1% que experimentó la economía nacional en 2021 gracias, entre otros factores, al buen desempeño de las exportaciones en el marco de la recuperación industrial pospandémica en China y a la baja base comparativa tras el impacto del Covid en los datos del año anterior.

De todas formas, y aunque es cierto que cumplir el objetivo confirmaría la tendencia de ralentización marcada en los últimos años, se trata de una meta relativamente ambiciosa, ya que se sitúa en el extremo superior de la horquilla en la que se movían los pronósticos de los analistas, que la situaban entre un 5% y un 5,5 %. Como es habitual, fue el primer ministro, Li Keqiang, quien desveló, desde el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, los pronósticos económicos para 2022 al presentar su informe sobre el trabajo del Gobierno durante la sesión inaugural del pleno de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), la principal cita política anual en China.

Li advirtió del aumento "notable" de los riesgos y desafíos a los que se enfrenta la economía nacional, pero mostró su confianza en que esta "podrá resistir la presión a la baja, avanzará a paso seguro y llegará lejos".

El Gobierno chino implanta ya políticas expansivas para evitar la caída de la actividad este año

"Debemos persistir en poner la estabilidad en primer plano y pugnar por un progreso basado en ella. Ante la nueva presión ejercida por el declive de la economía, hemos de situar la estabilización en un lugar más destacado", aseveró el mandatario en su discurso.

Para controlar esta situación, China ha puesto en marcha nuevas medidas expansivas económicas. Por ejemplo, en los primeros meses de 2022, los gobiernos locales aceleraron la emisión de bonos de propósito especial (SPB), una importante fuente de financiación para la inversión en infraestructuras. Pekín también prometió más recortes fiscales para las empresas, aplazó los planes para ampliar un programa piloto de impuestos sobre la propiedad y está suavizando gradualmente las restricciones en el mercado inmobiliario. Mientras tanto, los responsables políticos lanzaron medidas de apoyo a varias industrias, incluido el sector de los servicios, para amortiguar el impacto de la pandemia.

La locomotora mundial

El impacto en el crecimiento de las nuevas restricciones en China puede arrastrar al resto de economías. Las últimas previsiones internacionales alertan de este asunto. En sus últimas actualizaciones, el Banco Mundial (BM) pronosticaba que la economía china crecerá un 5,1% este año, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) situaba la cifra en el 4,8%.

"Pekín se ha marcado un objetivo tan alto porque es un año políticamente importante en el país", escribió el profesor de Finanzas de la Universidad de Pekín Michael Pettis, en referencia al XX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh). En opinión de este experto, cualquier crecimiento superior al 3% o 4% tendrá que venir acompañado de una importante inversión en infraestructura, "mucha de la cual no impulsará la capacidad real de la economía para producir bienes y servicios".

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