Mientras en Europa el precio de la luz se dispara por el conflicto con Rusia, en Japón un enemigo muy diferente está desatando cortes eléctricos en medio de una inusual temporada de heladas. El gobierno nipón ha alertado este martes de que podría haber cortes en Tokio debido al terremoto de la semana pasada, que está dejando notar sus consecuencias a día de hoy. Para evitarlo las autoridades han pedido que empresas y familias reduzcan el uso de energía durante un tiempo para evitar el desastre.
El pasado miércoles un sismo de magnitud 7,4 en Fukushima dejó cuatro muertos y más de 230 heridos, y el miedo a que se reeditase un desastre nuclear similar al de marzo de 2011 se hizo presente. El Gobierno ha controlado esta posibilidad y no hay riesgo de tsunami ahora mismo, pero el fenómeno telúrico provocó apagones por toda la región y, en particular, una paralización total de las plantas de carbón de la región.
No parecía haber mucho problema, pues el servició parecía a punto de reestablecerse, pero la red se ha visto muy presionada por una ola de frío y nieve que ha disparado la demanda eléctrica por el uso de calefactores. Se trata de una ola de frío muy poco usual en este época del año que ha supuesto la 'tormenta perfecta' tras los efectos del terremoto.
Hoy a medio día, las medidas de ahorro energético no fueron suficientes para evitar los cortes y se han sucedido a pequeña escala y de forma localizada, sin embargo, el ministro de Economía e Industria, Koichi Hagiuda, ha afirmado que si no hay un cambio drástico los cortes generalizados serán inevitables. En ese sentido, el mandatario ha pedido a grandes almacenes y negocios que apaguen sus carteles de neón.
Concretando la amenaza que se cierne sobre la capital japonesa, Tepco Power Grid, encargada de analizar los daños del terremoto en el sistema eléctrico, advierte de que tres millones de hogares podrían quedarse sin electricidad a partir de las 20:00 hora local.
Esta extraña situación se mezcla con los últimos días de restricciones covid en la capital nipona. Justo este martes es el último día en el que las medidas de contención de la pandemia a nivel nacional siguen en marcha y este problema está poniendo en jaque una cita clave para todo el comercio, ocio e industria del país, que esperaba encontrarse con una desescalada y, ahora, van a tener que adaptarse a estos apagones.