Finlandia se enfrenta a una situación compleja. Aunque su economía fue una de las que mejor superó la crisis del coronavirus a nivel europeo, su frontera este con Rusia es un punto de preocupación para el país y para la Unión Europea. Hablamos de todo ello con Ville Skinnari, ministro de cooperación al desarrollo y comercio exterior de Finlandia.
¿Cómo evalúa el gobierno finlandés lo que está ocurriendo en Ucrania?
El 28 de febrero lo cambió todo. Es el momento en Finlandia de hacer un profundo análisis y llegar a conclusiones. En Finlandia, tradicionalmente nuestra política de seguridad ha sido muy estratégica, y hay un fuerte consenso entre partidos políticos. Finlandia está bien preparada para cualquier tipo de crisis, también para esta. Hemos invertido mucho dinero en nuestra defensa, recientemente hemos comprado nuevos F-35 a EEUU, tenemos una colaboración profunda con la OTAN y una cada vez mayor colaboración bilateral con Suecia, así como con Noruega y la Unión Europea.
Su primera ministra, Sanna Marin, dijo en el Parlamento la semana pasada que mantendrán sus opciones de unirse a la OTAN, a pesar de las amenazas que ha hecho Putin si se produce esa incorporación
Estamos en el proceso de hacer análisis, lo está haciendo nuestro ministro de Asuntos Exteriores, Pekka Haavisto, y en las próximas semanas lo discutiremos en el Parlamento. Tomaremos decisiones basadas en esas discusiones.
¿Cuál es la posición de su gobierno sobre el acceso de Ucrania a la UE?
Antes de nada, al igual que la UE, Finlandia está apoyando a Ucrania significativamente desde 2014. Hemos destinado 85 millones de euros para el desarrollo de Ucrania, más recientemente hemos tomado más decisiones. Sobre la adhesión, por supuesto se ha discutido en la reunión de jefes de gobierno en Versalles, y ese encuentro proveerá la respuesta.
¿Cómo afecta esta situación a sus relaciones comerciales con Rusia?
Hemos visto efectos inmediatos. Hemos visto las sanciones, pero incluso de forma más relevante hemos visto cómo las compañías tomaban decisiones por sí mismas de retirarse por sí mismas, tanto las finlandesas como las europeas y mundiales. Eso tiene un enorme impacto pero al mismo tiempo es muy difícil para nosotros valorar en este momento cuál es el impacto conjunto, estamos en una fase muy inicial, pero por supuesto es enorme.
En febrero, su ministro de Finanzas previó un crecimiento del PIB del 3% en 2022. ¿Es aún posible lograrlo?
Tenemos el análisis hecho por el Banco de Finlandia. Hay diferentes escenarios: el positivo, donde permanecemos en la ruta positiva, con un 2%; pero también uno más negativo que dice que el crecimiento puede limitarse al 0,5%, lo que es muy preocupante para nosotros.
Su tasa de inflación está en el 4,5%, la mayor en 14 años pero también una de las más bajas de la UE. ¿Cómo está gestionando tu país la subida de precios? ¿Cree que el BCE debe subir los tipos de interés?
En primer lugar, tenemos que respetar la independencia del BCE. Pero creo que nuestras cifras se ven muy bien comparados con el 2020 y la crisis financiera de 2008 estamos en buenas cifras aunque modestas, y nos preocupa realmente. En la inflación, nuestro equipo reconoce dos elementos, el precio de la energía y el precio de la alimentación. Aún es muy difícil estimar la repercusión íntegra. Además, hemos tenido una época intensa y estamos cerrando nuestros acuerdos de negociación colectiva en sectores clave como cuidados sociales y sanitarios, por ejemplo.
En Finlandia siempre hemos tenido un fuerte consenso en el país y gran confianza entre empleadores y empleados. Ese ha sido uno de los elementos clave de nuestra resiliencia desde la Segunda Guerra Mundial, de cómo se ha construido Finlandia y de lo que el modelo finlandés necesita. Está muy basado en la confianza, también en el Parlamento. El partido del gobierno y la oposición, al final del día, en asuntos clave como la seguridad fronteriza, la seguridad social, educación, está todo construido en la confianza.
¿Cómo son las relaciones comerciales entre España y Finlandia?
Hay mucho que podemos hacer junto con España, muchas oportunidades que podemos aprovechar de forma conjunta hacia el resto del mundo: África, Sudamérica, Asia... Somos países que se completan mutuamente.
Nuestros sectores líderes son el acero, las telecomunicaciones - Nokia es líder global en 5G junto con la sueca Ericsson - así como la ciberseguridad y la computación cuántica. Tradicionalmente también el sector del papel y la pulpa. Finlandia es líder en innovación relacionada con los bosques, y ahora estamos en una nueva era en la que podemos hacer textiles con madera. Así que veo enormes oportunidades para deshacernos de los plásticos y ser sostenibles, apostar por la economía circular.
Casi 800.000 finlandeses venían a España cada año, una cifra que se ha desplomado con la pandemia. ¿Se recuperarán esas cifras?
Los finlandeses aman España, su comida, su clima, su gente... pero la gente no ha podido viajar en vacaciones como acostumbraba.
Tenemos que mirar a la logística, tenemos muy buena cooperación con Iberia y Finnair y estamos deseando profundizar aún más en ello. También otros negocios que van de la mano: veo muchas oportunidades a nivel educativo, puesto que el sistema educativo puede complementar la industria turística, más y más finlandeses están estudiando el español.
También es algo que estamos fomentando a nivel regional, con la colaboración entre regiones, y así dar la bienvenida a los españoles a Finlandia, a experimentar nuestras cuatro estaciones, nuestra naturaleza... No somos un país tan cálido pero somos un país muy seguro y nuestra gente es muy confiable y cuando un finés se hace tu amigo ya lo es para toda tu vida. Y por supuesto estamos invirtiendo más y más dinero y esfuerzo del gobierno para promocionar Finlandia y promocionar España en Finlandia. Están apenas a 3 o 4 horas de avión, muy cerca.
Finlandia está quitando competencias a las municipalidades y pasándolas a un nivel superior de gobierno, los consejos regionales, mientras la tendencia en países como España es pasarlas a un nivel inferior. ¿Por qué realizan este cambio?
Tradicionalmente, desde que somos un país independiente en 1917, hemos tenido dos niveles diferentes de administración: el estatal y el municipal. Pero vemos desde hace mucho tiempo que tenemos demasiadas municipalidades, más de 300, y no es eficiente, especialmente en cuidados sociales, que se lleva la mayor parte del dinero público, más del 50%.
Ahora necesitamos un nivel adicional entre lo estatal y lo local, por lo que hemos creado 21 consejos regionales que se harán cargo de la seguridad social y otros servicios como primeros auxilios y departamentos de bomberos.
Es un gran cambio en la historia de Finlandia. El objetivo es ser más eficientes y proveer mejores servicios, porque las entidades son mayores y había municipalidades que antes solo servían a 10.000 personas, eso no va a volver a ocurrir. Ahora tendrán más gente con mejores servicios.
