Economía

El Banco Central de Rusia suspende las compras de oro a los bancos hasta nuevo aviso

  • Las sanciones han disparado la demanda de oro parte de los hogares
  • La entidad cuenta con la quinta mayor reserva de oro del mundo
Los rusos recurren al oro como activo refugio. Foto: Dreamstime

Los rusos han buscado refugio en el oro ante las sanciones por la invasión a Ucrania, la caída del rublo y la salida de las grandes multinacionales occidentales del país. Tal es el aumento que está experimentando la demanda de lingotes de oro por parte de los hogares, también motivada por la supresión del impuesto sobre el valor añadido en estas operaciones, que el Banco Central de Rusia se ha visto obligado a suspender las compras de oro a los bancos desde el 15 de marzo. Se desconoce hasta cuándo durará esta medida.

A finales de febrero, la imposición de sanciones a Rusia por parte de los gobierno de Occidente provocó una retirada masiva de dinero de los bancos rusos y el consiguiente desplome del rublo a mínimos históricos. Ante esta situación, el Banco Central del país respondió elevando el tipo de interés básico al 20% desde el 9,5% y reanudando las compras de oro.

El Banco de Rusia cuenta con la quinta mayor reserva de oro del mundo, valorada en cerca de 140.000 millones de dólares, de los cuales ha perdido el acceso a 300.000 millones a consecuencia de las sanciones. Esto ha provocado que la proporción de oro en las reservas disponibles de la entidad pase del 21% al 40%. Al mismo tiempo, el déficit de liquidez estructural del sector bancario se redujo a menos de 36.000 millones de dólares a principios de esta semana. Todo ello hace que ya no tenga sentido la compra oro a los bancos para mantener la liquidez, sostienen los analistas del VTB en una publicación de Reuters.

La compra de oro por parte de los hogares rusos podría ayudar a reducir la cantidad de efectivo que inunda la economía del país, favoreciendo también a la liquidez de los bancos, señalan los analistas del BCS.

Opciones cada vez más reducidas

A nivel internacional, las opciones del Banco Central ruso para vender sus reservas de oro son cada vez más limitadas. Este metal precioso es el tipo de activo que se podría vender para apuntalar el rublo, en caída libre desde el comienzo de la invasión de Ucrania. Sin embargo, las sanciones prohíben a las instituciones de EEUU, el Reino Unido y la UE hacer negocios con la entidad rusa. Además, muchos comerciantes y bancos temen verse afectados por las sanciones si compran o venden oro ruso.

Es posible que Moscú tenga que mirar hacia el este, hacia los bancos centrales de naciones como India o China, para vender oro o asegurar préstamos con él, según el socio gerente de CPM Group, Jeff Christian. Otra opción sería vender a través de la Bolsa de Oro de Shanghai, de la que son miembros los bancos comerciales, aunque es probable que las ventas fueran más bien pequeñas.

No obstante, la medida adoptada por el grupo bipartidista de senadores estadounidenses para obstaculizar aún más las transacciones de oro puede disuadir a los bancos de lugares como China e India. Además, Pekín quiere evitar verse afectado por las sanciones de EEUU por la guerra.

¿Por qué está bajando el oro?

Pese a ser el activo refugio por excelencia, el precio del oro ha pasado de los 2.043 dólares la onza el 8 de marzo a rondar los 1.900 dólares la onza. Según Carsten Menke, analista de Julius Baer, esto se debe a tres razones:

- La primera, "la caída de los precios de la energía y las perspectivas de un repunte menos pronunciado de la inflación".

- La segunda, el rechazo "del mundo occidental" (la OTAN y/o la Unión Europea) a entrar activamente en la guerra de Ucrania, lo que da a entender que el conflicto no escalará aún más o no dará paso a una Tercera Guerra Mundial.

- Y, por último, "la toma de beneficios por parte de los operadores especulativos a corto plazo", señala Menke.

El mercado del oro refleja si los riesgos económicos y de los mercados financieros aumentan o retroceden en tiempo de crisis geopolíticas. En este momento, refleja un retroceso, aunque sigue de cerca la evolución de la situación, todavía muy cambiante e incierta, añade el analista.

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