
Vladimir Putin es uno de los muchos rusos que está convencido de que su país debe dejar de depender del petróleo y del gas, que representan aproximadamente el 20% del PIB y un 30% del presupuesto, para apostar por proyectos que traigan consigo ganancias potenciales, como es el caso del turismo en Siberia, concretamente en la península de Kamchatka.
"Estamos interesados en el desarrollo de Kamchatka. Debe protegerse y promoverse de manera correcta y con los mejores estándares", comenta Viktor Vekselberg, presidente del grupo de inversión Renova, uno de los tantos multimillonarios interesados en el desarrollo de esta región a la que pretenden poner en el mapa turístico mundial para así competir con Moscú o San Petersburgo.
Para que esto sea posible, tanto los multimillonarios (desde Vladimir Potanin y Leonid Mikhelson hasta Andrey Guryev y Viktor Rashnikov) como empresas privadas están elaborando un plan de 31.000 millones de dólares para construir carreteras, aeropuertos, centros y aldeas turísticas para atraer visitantes a las regiones más gélidas de la Rusia oriental.
"El desarrollo del turismo puede crear un poderoso punto de crecimiento económico y social en las regiones y que provocaría decenas de miles de nuevos puestos de trabajo, cientos de miles de millones de rublos para el presupuesto del sector hotelero, así como el crecimiento de nuevas medianas y pequeñas empresas", relata Sergey Sukhanov, director de la corporación estatal Tourism.RF, en unas declaraciones recogidas por Bloomberg.
Actualmente, el turismo representa alrededor del 4% del Producto Interior Bruto (PIB) en Rusia y, según la vicepresidenta del Centro de Investigación Estratégica, Tatyana Karavaeva, podría suponer el 10% en 2035. "El turismo tiene un efecto positivo en los ingresos de los empresarios y en los ingresos fiscales para los presupuestos regionales y municipales", apunta Karavaeva.
Otros proyectos
Otra de las zonas que pretenden poner en el foco es la de Norilsk, una ciudad que se encuentra entre la llanura de Siberia occidental y la meseta central de Siberia. Allí se encuentra Norilsk Nickel, el mayor productor de níquel de alta calidad, y donde Vladimir Potanin, el segundo hombre más rico de Rusia y mayor inversor de esta compañía, desea crear un entorno social y cultural para que la gente quiera quedarse.
En la meseta de Putorama, patrimonio de la UNESCO donde destacan lagos, ríos, cañones y renos, también se planea invertir más de 250 millones de dólares en un centro turístico para los amantes de la naturaleza. Por otra parte, en la península de Kola, cerca de las fronteras con Noruega y Finlandia, también se quiere invertir, cerca de 370 millones de dólares, en una villa turística que está programada para empezar a construirla en 2023 e iniciar la apertura en 2026.