Las asimetrías en la recuperación europea impactan de manera especial en España. La economía nacional es la que menos recupera de toda Europa y sigue hasta 6 puntos porcentuales por detrás del resto de sus socios comunitarios. El conjunto de países europeos alcanzará en el próximo trimestre su nivel de PIB anterior a la pandemia.
Según apuntó esta semana el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, "la brecha del nivel actual del PIB frente al anterior a la pandemia es de 6,6 puntos porcentuales en España (0,5 puntos porcentuales en el área del euro), debido, en gran medida, a nuestra mayor dependencia del sector turístico y a la mayor debilidad del consumo y la inversión". El gobernador alerta, además, de que estos datos pueden empeorar. "Están sometidos a varios focos de incertidumbre relacionados, en primer lugar, con la evolución de la pandemia, como ponen de relieve la evolución reciente de los contagios en algunos países y la aparición de nuevas variantes del virus", apunta.
Precisamente, las asimetrías en la recuperación de los países de la Unión Europea dificultan la retirada de estímulos y añaden más dudas sobre las políticas de ajuste en la Unión Europea. Mientras las economías más dependientes del turismo y de sectores que conllevan mayor contacto social -entre ellas, España- sentirán durante más tiempo las secuelas de la crisis, el resto muestra ya síntomas de recuperación. Socios europeos como Francia o las economías del norte firman ya cifras de PIB previas a los niveles de la crisis del Covid.
Esta situación es la gran dificultad a la que se enfrentan en estos momentos las instituciones europeas. Existen dos grandes fuerzas contrapuestas a la hora de la retirada de estímulos que inició ya la semana pasada el Banco Central Europeo (BCE). Por un lado, los halcones apuntan a las elevadas tasas de inflación, no vistas en décadas, para iniciar la repliegue. Por otra parte, las palomas del BCE consideran que una retirada prematura de las políticas de estímulo tiraría por tierra la recuperación de la crisis del coronavirus e impactaría de manera muy aguda en las economías más retrasadas, como la española.
En su último informe de coyuntura, el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que la inversión en España se afiance en 2022, gracias a la solidez de la demanda, la continuidad de las condiciones favorables de financiación, una desaparición gradual de los cuellos de botella en las cadenas de suministro global, y un despliegue más rápido de los fondos del Next Generation EU (NGEU). Según sus estimaciones, el impacto acumulado de los fondos NGEU en el PIB podría ser de entre 1,5% y 2% a finales de 2022.
Todo dependerá de esta nueva ola vírica de ómicron. El FMI prevé también que la demanda externa, en particular el turismo internacional, continúe recuperándose el próximo año conforme aumenten las tasas de vacunación en el mundo. Sin embargo, es probable que el nivel general de inflación siga siendo elevado a principios de 2022 debido a los altos precios de la energía y las alteraciones en las cadenas de suministro, pero que se modere en el segundo semestre del año a medida que se disipen estos factores.
Más incertidumbre
La incertidumbre en torno a las perspectivas es alta, y la evolución de la pandemia sigue siendo uno de los principales riesgos. La actual ola de infecciones pone de manifiesto los riesgos que la pandemia sigue suponiendo para la actividad, sobre todo si las vacunas resultan ser menos eficaces ante las nuevas variantes. El ritmo de la recuperación también dependerá de la duración y la magnitud de los trastornos en las cadenas de suministro.
Por el lado de los riesgos al alza, el FMI apunta a una liberación más rápida del ahorro acumulado de los hogares, que facilitaría una recuperación más vigorosa de la demanda interna. El organismo destaca que el ritmo de absorción de los fondos de la Unión Europea (UE) y la eficacia con que se utilicen determinarán la trayectoria del crecimiento en los próximos años.
El problema de la inflación
Por otro lado, todos los analistas e instituciones financieras internacionales destacan el riesgo de que la inflación tenga efectos de segunda ronda y se traslade a los salarios. En su informe de esta semana, el propio FMI incluyó esta situación como uno de los principales riesgos en España. Varias negociaciones sindicales en el país intentan que la subida de precios de los últimos meses se refleje el próximo año en los salarios. "Es importante que las negociaciones salariales continúen internalizando la naturaleza transitoria de los motores actuales de la inflación y eviten un círculo vicioso de mayores salarios que conduzcan a una inflación superior", destacan los especialistas del FMI. "Seguiremos observando altas tasas de inflación. El fenómeno está mostrando una duración mayor de lo esperado y, cuanto mayor sea esa duración, mayor será la probabilidad de que gane persistencia", apunta el Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. "Su evolución futura dependerá no solo de la dinámica de las perturbaciones externas, sino también de la reacción de los agentes nacionales", añade el gobernador. Las incertidumbres sobre la economía española superan a las certezas para los próximos meses.