Los microprocesadores mueven el mundo. Sin ellos, la tecnología daría un salto de medio siglo para anclarse en la prehistoria de los circuitos integrados. Al recalcar lo anterior, decenas de sectores económicos tiemblan ante la prolongación de la escasez de chips durante los próximos meses. Las expectativas no invitan al optimismo. Por lo pronto, un informe de Deloitte apunta que la escasez de semiconductores durará hasta principios de 2023. Eso significa que las empresas estarán condenadas a seguir esperando entre 10 y 20 semanas para adquirir determinados tipos de chips.
Con el afán de convertir los problemas en oportunidades, las firmas de capital riesgo perciben un filón para destinar sus inversiones en un ámbito de altísima demanda. De esa forma, Deloitte predice que estas compañías prevén invertir más de 6.000 millones de dólares en empresas de semiconductores en 2022. Este dato representa un incremento tres veces superior al destinado anualmente en semiconductores entre 2000 y 2016.

El impacto de la escasez de chips será desigual en la industria, con sectores gravemente afectados y otros que se escaparán de la crisis. Los más afectados, según el trabajo de Deloitte, serán lo que demanden carga de proceso muy avanzadas (3, 5 y 7 nanómetros), lo que utilizan los ordenadores, móviles y tabletas, además de los servidores de los centros de datos que hacen posible el desarrollo digital de las empresas. Además, el asunto también salpicó a la industria de la automoción, cada vez más dependiente de la alta tecnología. Todos estos negocios seguirán con la luz roja del depósito encendida, dada la dificultad de fabricación de estos componentes. "La luz del túnel, según la consultora, se aprecia lejana, una vez que durará 24 meses antes de remitir, un plazo similar a la de la escasez de chips sufrida entre 2008-2009".
El mismo informe señala que "las ventas mundiales de semiconductores han subido y seguirán subiendo", aunque siempre con una dependencia creciente de Taiwán, Corea, EEUU y China (véase artículo en esta misma página). Pese a las estrecheces previstas, la Asociación de la Industria de Semiconductores calcula que las ventas de microprocesadores aumentarán un 20% en 2021, y se prevé que repunten un 9% más hasta los 574.000 millones de dólares en 2022.
Los expertos de Deloitte recuerdan que, durante la pandemia, las ventas de PC aumentaron más de un 50% interanual a principios de 2021, mientras que las compras de chips para centros de datos de computación en la nube subieron un 30%. "Aunque el crecimiento en ambas áreas se ralentizó un poco en los últimos meses de 2021, se prevé que la demanda en 2022 se mantenga muy por encima de las tendencias a largo plazo". Similares incrementos de la demanda se esperan en el negocio de la inteligencia artificial, cuyos chips especializados crecerán a ritmos anuales superiores al 50%.
Qualcomm trae el 'cerebro' de la moneda digital
Qualcomm presentó ayer su nuevo buque insignia: el Snapdragon 8 Gen 1, un microchip llamado a gestionar en los móviles el almacenamiento de moneda digital, las tarjetas de identidad o las llaves de coches. El denominado Snapdragon 8 Gen 1 integra una SIM y puede capturar 4.000 veces más datos que su inmediato predecesor. Entre los fabricantes de smartphones que incorporarán el super cerebro 5G se encuentran Honor, Motorola, Vivo, Xiaomi y ZTE.