Economía

La crisis de las distribuidoras de energía en Reino Unido subirá las facturas de la luz en casi 10 libras al mes

  • El recargo se extenderá durante un año, junto a la subida de precios
Foto: Dreamstime

Por si la fuerte subida de los precios de la electricidad que ha provocado la quiebra de 30 distribuidoras en Reino Unido no fuera suficiente, el regulador va a añadir un nuevo coste a las facturas de los británicos para compensar los costes provocados por esas quiebras. Desde el próximo mes de abril, cada familia tendrá que pagar unas 10 libras más al mes de media para cubrir el gasto de los distribuidores supervivientes que se han tenido que hacer cargo de los consumidores 'huérfanos' de la noche a la mañana.

Ofgem, el regulador del mercado eléctrico, permitió este miércoles que las distribuidoras eléctricas cobraran a los consumidores los 3.200 millones de libras que ha costado recolocar a los millones de familias que han visto quebrar a la compañía que les daba servicio. El cobro empezará en abril, en vez de el próximo octubre, como se esperaba inicialmente, y se extenderá durante los 12 meses siguientes.

Los cálculos son sencillos: a finales de 2020 había unos 28 millones de hogares en el Reino Unido, según los datos del Gobierno. Si cada uno tiene un contrato de la luz, tocará a unas 115 libras por cabeza, a repartir entre 12 meses, lo que equivale a algo más de 9,50 libras al mes. Para las familias que vivan en una casa media de 3 habitaciones y una potencia de 3.100 kWh, esto supondrá un recargo de un 10% mensual a su factura.

A eso se une el hecho de que los precios actuales, fijados por el Gobierno, se revisarán al alza en ese mismo mes, para reflejar la fuerte subida de los costes mayoristas que está azotando a toda Europa. En el documento anunciando la medida, Ofcom dijo: "Reconocemos que este es un momento difícil para los consumidores, que tendrán que enfrentarse a mayores costes a partir del 1 de abril, cuando el precio máximo regulado aumente para reflejar los altos precios mayoristas actuales".

Precisamente, el precio máximo fijado por el Gobierno está detrás de las quiebras que se llevan registrando los últimos meses. Los precios mayoristas están superando los 300 euros por MWh, pero las empresas no pueden repercutir esas subidas a los clientes dado que el Gobierno lo prohíbe. El resultado ha sido una cascada de cierres de distribuidoras que llevan meses perdiendo dinero por cada cliente que tienen: si compran energía cara del mercado mayorista y la venden barata a los clientes por ley, el negocio no es rentable.

Doble golpe

En total, el mercado ha pasado de tener 55 distribuidoras en 2020 a 25 este mes. A este ritmo, solo sobrevivirán las empresas propiedad de las grandes productoras energéticas, que pueden compensar las pérdidas en ese área con sus ganancias por la generación. Justo lo que quería evitar el Gobierno británico con la regulación actual, que favorece la apertura de pequeñas distribuidoras independientes para estimular la competencia.

La noticia más desagradable para muchas familias, sin embargo, es que serán ellas las que tengan que apoquinar por las quiebras que han obligado a muchas de ellas a cambiar de compañía de emergencia. Lo peor de la crisis energética está aún por llegar a los bolsillos británicos.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky