Economía

La desaceleración china avanza y la inflación mayorista alcanza ya el 13,5%

  • La energía y la escasez de materia prima lastran la economía del gigante asiático
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La economía de China se está desacelerando más rápido de lo esperado. Un modelo económico roto ha llevado a Pekín a buscar un cambio que está teniendo repercusiones notables sobre el mercado inmobiliario y el energético, que se unen a otros factores más estructurales (demografía, productividad..) que están poniendo a la economía en una situación relativamente frágil. La cascada de rebajas de previsiones económicas (tanto para 2021 como para 2022) para China es ya una realidad.

El índice de precios de producción industrial de China registró el pasado mes de octubre una subida interanual del 13,5%, después del alza del 10,7% del mes anterior, lo que representa el mayor incremento de la inflación mayorista de toda la serie histórica, que se remonta a mediados de 1995, según informó la Oficina Nacional de Estadística (ONE).

Según los cálculos de la agencia estadística china, el impacto de arrastre de los cambios de precios en comparación con el año pasado fue de aproximadamente 1,8 puntos porcentuales, en línea con septiembre, mientras que el impacto de nuevos aumentos de los precios fue de aproximadamente 11,7%, un aumento de 2,8 puntos porcentuales respecto al mes anterior.

Entre los 40 sectores industriales encuestados, 36 experimentaron aumentos de precios interanuales, con un alza del 103,7% en la minería del carbón, mientras que en la extracción de petróleo y gas natural los precios aumentaron un 59,7%.

Los problemas chinos

La búsqueda de una economía más sostenible y equilibrada a largo plazo va a tener (y está teniendo) importantes costes en el crecimiento a corto plazo. El impacto más visible hasta la fecha se está produciendo en el mercado inmobiliario chino, que se encuentra inmerso en una crisis que mantiene en vilo al país y a la economía mundial. Resulta difícil conocer con exactitud la debilidad real de la economía del gigante asiático y qué pasará en el futuro. La crisis china es muy particular (es una explosión controlada), pero a su vez guarda parecidos con la sufrida por España o EEUU en 2008 o con la de Japón de finales de los 80.

La vivienda (construcción, servicios inmobiliarios...) ha sido el motor de crecimiento chino en los últimos años y la principal inversión de los hogares. El problema es que este motor ha funcionado a base de una gasolina de dudosa calidad: el endeudamiento de familias y empresas relacionadas con el inmobiliario. Pekín puso en marcha recientemente unas reglas financieras mucho más estrictas (tres líneas rojas que funcionan con algunas deficiencias), para dar comienzo al cambio de modelo económico, que las empresas del sector deben cumplir. Estas reglas han comenzado a provocar la explosión controlada del inmobiliario chino, según han descrito varios analistas. ¿Cuál será el alcance de esta crisis?

China se enfrenta a una desaceleración (que puede mutar a crisis) que tiene ciertos parecidos con la de España o EEUU de 2007 (en lo que se refiere a la vivienda y al endeudamiento del sector promotor) y también a la de Japón de finales de los 80 (factores demográficos, burbujas varias...).

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