Economía

La UE se juega el futuro de su gobernanza económica en Berlín

  • La CDU quiere el Pacto de Estabilidad y la izquierda defiende el gasto público
  • Los democristianos y liberales se oponen a la creación de la Unión Bancaria
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En la Unión Europea nada se mueve, no ya sin el impulso, sino sin el consentimiento de Alemania. Con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento en cuestión, el fondo de recuperación apenas empezando a distribuirse, y la integración económica y monetaria en pausa, la Unión se juega el futuro de su gobernanza en las elecciones generales de este domingo.

El pacto de estabilidad

En la gestión de las finanzas públicas, la CDU de Armin Laschet y su partido hermano bávaro, la CSU, quieren la vuelta del pacto de estabilidad tan pronto como sea posible y se resiste a ofrecer más flexibilidad de la que ya contemplan las normas fiscales de la Unión. También los liberales del FDP de Christian Lindner, se expresan en estos términos, al tiempo que piden limitar la intervención del estado a nivel nacional y rebajar el gasto social, algo que también reclama la extrema derecha de Alternativa por Alemania.

Aunque la visión los socialistas del SPD, liderados por el actual ministro de Finanzas Olaf Scholz, no difiere demasiado de la de la CDU sobre las normas fiscales que han defendido durante años, lo cierto es que ofrecen cierto margen de maniobra y, sobre todo, mucha más voluntad para avanzar en la integración económica europea. Con matices, pero a todos los niveles.

Los Verdes, liderados por Annalena Baerbock, están en la línea del SPD en cuanto al pacto de estabilidad, pero defienden la necesidad de continuar con una importante inversión pública, de hasta un 4% del PIB, mientras que los comunistas de Die Linke optan por desechar los límites a la deuda y el déficit máximos que impone Bruselas.

La unión económica y monetaria

En cuanto a la gobernanza, el debate en torno al Mecanismo Europeo de Estabilidad es un puto de unión entre varios partidos, aunque con matices. La CDU apuesta por continuar reforzando el mecanismo para que juegue un papel más importante en la supervisión de la política económica europea. Liberales y Verdes dan un paso más allá y piden que se transforme en una suerte de Fondo Monetario Europeo.

La Unión Bancaria es también una de las asignaturas pendientes en el refuerzo de las políticas económicas europeas que impulsara la crisis de 2008. La CDU de Laschet y los liberales se oponen en este sentido y, en particular, a la puesta en marcha de un sistema europeo de garantía de depósitos, el conocido como EDIS. Esto no es una gran sorpresa. En gran medida, la resistencia de Alemania a compartir riesgos en la gestión de las finanzas europeas ha sido un escollo importante ante los intentos de acelerar la integración bancaria.

Scholz, sin embargo, apuesta por avanzar en esta línea. También apoya el socialista la propuesta de un seguro de empleo europeo para mejorar la resiliencia de los países europeos en caso de shock. Esta propuesta ha sido defendida por España, Italia o Portugal, aunque sin éxito, y es en la idea que se basó el fondo que la UE puso en marcha para ayudar a los países a pagar los ERTE durante la pandemia, aunque de manera temporal.

CDU y SPD abogan además por mantener el mandato del Banco Central Europeo tal cual, mientras que los Verdes piden que juegue un papel social mas activo y Die Linke pide que actúe como garantía de depósitos para los estados miembros y contribuya además a la financiación de políticas públicas.

Aunque las políticas económicas de los principales partidos no son abismalmente diferentes, los matices resultarán determinante tanto en las previsibles negociaciones para formar gobierno, como en el debate europeo que comienza a calentarse, y donde los países de la UE están mucho más divididos. La posición de Alemania, que dependerá en gran medida de qué fuerzas políticas formen el ejecutivo, será clave.

Política económica nacional

CDU: menos impuestos, más actividad

Laschet rechaza de plano incrementar la presión fiscal de los ciudadanos o las empresas, introducir nuevos impuestos sobre el patrimonio o las sucesiones, porque entiende que en tiempos de crisis la clave para reactivar la economía es reducir la carga impositiva. "Seguiremos adhiriéndonos al principio de 'alivio en lugar de carga'. Especialmente después de la pandemia, las subidas de impuestos son el camino equivocado," reza el manifiesto del partido.

SPD: el refuerzo del sistema social

Frente a la petición de no pocos partidos de reducir el gasto público, Scholz aboga por reforzar el Estado social, la protección y la promoción del empleo. Los socialistas propone apoyar con subvenciones salariales a las empresas que empleen a parados de larga duración o hacer el sistema de apoyo a través de una renta básica accesible a todos los ciudadanos. "Los ingresos del ciudadano deben garantizar que una lavadora rota o una nueva chaqueta de invierno no se conviertan en una carga insoportable," dice el programa.

Verdes: impuesto a las grandes fortunas

El programa de los Verdes no solo apunta a cómo transformar la economía alemana para hacerla más sostenible sino que aborda cuestiones fundamentales de fiscalidad. Frente a la posición de la CDU que se opone a subir los impuestos, los Verdes piden más progresividad pero también, una mayor carga para las grandes fortunas. "El impuesto sobre el patrimonio debería aplicarse a los activos superiores a 2 millones de euros por persona y ascender al 1% anual," puede leerse en su programa.

FDP: fin de las ayudas

Los liberales llaman a fomentar la competencia frente a las ayudas de estado. Entienden que durante la crisis derivada de la pandemia fue necesario que el gobierno interviniera para mantener la economía a flote, "pero no se puede mantener el camino de más y más ayudas de emergencia y paquetes de rescate para empresas individuales," dicen en su programa, "es ineficiente, distorsiona la competencia y reduce la competitividad. Es el poder del mercado lo que conduce a la innovación.

AFD: Alemanxit

En general, la extrema derecha aboga por reducir la inversión social, rebajar los impuestos y, como fuerza euroescéptica, aboga por abandonar la Unión Europea y, claro, también el euro. Sin embargo, parece impensable que los de Alternativa por Alemania entren en ninguna coalición de gobierno, a pesar de tener un peso en las encuestas similar a los liberales, convirtiendo la amenaza de la mayor economía de la Eurozona casi en anécdota.

Die Linke: subir los salarios

Gran parte del programa del partido post-comunista gira en torno a los derechos laborales la protección social. Además de querer impulsar la negociación colectiva, los contratos indefinidos pero también la conciliación, el Die Linke plantea subir el salario mínimo al menos 13 euros. Además, piden que las empresas que reciban dinero público no puedan repartir los beneficios entre sus accionistas mientras lo hagan.

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