Economía

Bruselas actualiza la normativa de la UE para hacer la compra digital segura

  • La Comisión impulsa nuevas reformas para la defensa del consumidor tras el Covid
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La Comisión Europea trabaja ya en la revisión de dos conjuntos de normas de la Unión Europea (UE) sobre los derechos de los consumidores en un mundo reconfigurado por la digitalización y la pandemia de Covid-19. La Comisión refuerza la red de seguridad para los consumidores de la UE. Por ejemplo, aboga por que los productos peligrosos se retiren del mercado o por que las ofertas de crédito se presenten a los consumidores de forma clara y fácil de leer en dispositivos digitales. La propuesta actualiza tanto la Directiva relativa a la seguridad general de los productos vigente como las normas de la UE en materia de crédito al consumo para proteger a los consumidores.

Vera Jourová, vicepresidenta responsable de Valores y Transparencia de la Unión Euorea, subraya que "los consumidores se enfrentan a numerosos retos, especialmente en el mundo digital, que ha revolucionado las compras, los servicios o los mercados financieros. Esta es la razón por la que estamos reforzando la protección de los consumidores en dos frentes: facilitamos a los consumidores evitar riesgos relacionados con el crédito y aplicamos normas aún más estrictas en materia de seguridad de los productos. También impondremos una mayor responsabilidad a los participantes en el mercado y dificultaremos que se escondan detrás de una jerga jurídica complicada".

Las ventas en línea se han incrementado de forma continua a lo largo de los veinte últimos años y, en 2020, el 71% de los consumidores compró en internet, a menudo nuevos productos tecnológicos. Desde cascos inalámbricos y purificadores de aire hasta consolas de juegos, el mercado de artículos tecnológicos es inmenso.

El Reglamento relativo a la seguridad general de los productos hará frente a los riesgos relacionados con esos nuevos productos tecnológicos, tales como los riesgos de ciberseguridad, y con las compras en línea mediante la introducción de normas de seguridad de los productos para los mercado en línea. Garantizará que sean seguros todos los productos que lleguen a los consumidores de la UE, a través de mercados en línea o comprados en la tienda de la esquina, procedan o no de la UE.

El nuevo Reglamento hará que todos los mercados se atengan a sus obligaciones, de manera que los consumidores no acaben teniendo productos peligrosos.

La revisión de la Directiva europea relativa al crédito al consumo dispone que la información acerca de los créditos se presente de forma clara y adaptada a los dispositivos digitales, de modo que los consumidores entiendan lo que firmen.

Exigirá que la información sobre los créditos al consumo sea "clara" y "digital" Además, la normativa

Además, la normativa europea en la que trabaja la Comisión mejorará las normas relativas a la evaluación de la solvencia, esto es, si un consumidor será capaz o no de reembolsar el crédito, a fin de prevenir el problema del sobreendeudamiento. La normativa exigirá a los Estados miembros que fomenten la educación financiera y que velen por que los consumidores tengan asesoramiento en materia de endeudamiento.

Didier Reynders, comisario de Justicia, destaca que "la crisis de la Covid-19 ha afectado a los consumidores de múltiples maneras y muchos han sufrido dificultades financieras. La digitalización, acelerada por la pandemia, se ha traducido en un auge de las compras en línea y está cambiando profundamente el sector financiero. Es nuestro deber proteger a los consumidores, sobre todo a los más vulnerables. Es para lo que sirve exactamente nuestra revisión de las normas vigentes de la UE sobre el crédito al consumo y la seguridad general de los productos".

La Directiva relativa a la seguridad general de los productos, vigente desde 2001, regula que solo se vendan productos seguros en el mercado único de la UE. Sin embargo, siguen circulando demasiados productos inseguros en ese mercado, lo que da lugar a unas condiciones de competencia no equitativas para las empresas y a un alto coste para la sociedad y los consumidores. Además, hace falta actualizar las normas a fin de hacer frente a los retos relacionados con las nuevas tecnologías y las ventas en línea.

Por su parte, La Directiva 2008/48/CE relativa a los contratos de crédito al consumo estableció normas armonizadas de la UE sobre el crédito al consumo y estableció un marco sólido para un acceso equitativo de los consumidores europeos al crédito. Sin embargo, desde su entrada en vigor en 2008, la digitalización ha cambiado profundamente las costumbres de los consumidores en general y la manera en que toman sus decisiones La revisión presentada hoy tiene por objeto tener en cuenta estas novedades.

Ambas propuestas forman parte de la Nueva Agenda del Consumidor, puesta en marcha el año pasado, cuyo objeto es actualizar el marco estratégico general de la política de la UE en materia de consumo. La Agenda del Consumidor adoptada por la Comisión Europea en noviembre de 2020 establece una serie de objetivos importantes: volverse más ecológicos y digitales de forma más segura, proteger a los consumidores vulnerables y mejorar la cooperación internacional.

Estos problemas se volvieron aún más urgentes después del brote de Covid-19, cuando más consumidores se volvieron vulnerables, no solo por problemas de salud y financieros, sino también porque las compras en línea se volvieron aún más comunes.

Electrodomésticos con 'chips' para trucar el consumo

El Tribunal de Cuentas Europeo ha puesto sobre la mesa la existencia de casos similares al dieselgate pero a menor escala: en los electrodomésticos. El organismo de auditores europeos considera demostrado que los fabricantes de electrodomésticos aprovecharon las lagunas de las normas o emplearon técnicas de elusión (como son los dispositivos de manipulación que sirven para detectar la realización de una prueba) para obtener una calificación mejor o declarar falsamente su conformidad con los requisitos del diseño ecológico.

En un informe independiente, realizado en 2017, se exploraron las deficiencias de las normas armonizadas europeas aplicadas para realizar pruebas en tres grupos de productos: lavadoras, televisores y frigoríficos. En dicho análisis se concluyó que las condiciones de las pruebas prescritas por las normas diferían del uso en la vida real, por lo que se infravaloró el consumo real. Por ejemplo, los lavavajillas se prueban con el programa ecológico más eficiente

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