A pesar de que en un proceso de selección para un puesto de trabajo las habilidades de un trabajador deberían pesar por encima de cualquier rasgo físico, es evidente que no siempre es así.
La edad se ha convertido en un factor determinante a la hora de valorar a los trabajadores en los últimos años, hasta el punto de convertirse en un tipo de discriminación denominado 'edadismo', que aquí muestra su perspectiva laboral. Esa es una de las conclusiones que obtiene el informe global 'Meeting The World's Midcareer Challenge' (Afrontar el reto del ecuador de la carrera profesional en el mundo) de la ONG Generation.
El estudio, realizado entre marzo y mayo de 2021, encuestó a 3.800 personas empleadas y desempleadas de entre 18 y 60 años y a 1.404 directores de contratación de siete países, y concluyó que la llamada Generación X, la siguiente a los baby boomers, especialmente tras los 45 años, es la peor posicionada a la hora de buscar un empleo.
45 años, el umbral crítico para buscar empleo
Según el informe, la pandemia se suma a los problemas existentes para los trabajadores de más edad, que ya tenían que ver con la adopción de la tecnología digital. Algo que justo los confinamientos han acelerado, junto con la automatización de los puestos de trabajo, agravando esta discriminación por razón de edad que ya existía en todo el mundo.
El directora general de Generation, Mona Mourshed, asegura que el informe por primera vez "pone una cifra a la discriminación por edad en el ámbito laboral".
"Es un grupo demográfico absolutamente necesitado y está muy claro que, una vez alcanzada cierta edad, simplemente se hace mucho más difícil acceder a una oportunidad laboral", dijo Mourshed a la cadena norteamericana CNBC.
Prejuicios por parte de los entrevistados y falta de habilidades digitales
En particular, la encuesta revela que los directores de contratación o encargados de recursos humanos de todo el mundo consideran que los mayores de 45 años son la peor cohorte en términos de preparación para la solicitud, aptitud y experiencia previa.
Entre sus principales preocupaciones se encuentran la reticencia percibida entre los trabajadores de más edad a probar nuevas tecnologías (38%), la incapacidad para aprender nuevas habilidades (27%) y la dificultad para trabajar con otras generaciones (21%).
Esto se produce a pesar de la evidencia de que los trabajadores de más edad a menudo superan a sus compañeros más jóvenes en otros apartados. De hecho, casi nueve de cada diez (87%) directores de contratación afirmaron que sus contrataciones de 45 años o más han sido tan buenas -o mejores- que las de los empleados más jóvenes.
Qué hacer para darle la vuelta a la situación
La formación en ámbito digital podría ser una solución al problema, mantiene el estudio. En el estudio, casi tres cuartas partes (73%) de las personas de más de 45 años que cambiaron de carrera dijeron que asistir a la formación les ayudó a conseguir su nuevo puesto.
Sin embargo, el informe también pone de manifiesto la reticencia a la formación entre los solicitantes de empleo mayores de 45 años.
Más de la mitad (57%) de los solicitantes de empleo de nivel inicial e intermedio expresaron su resistencia a reciclarse, mientras que sólo el 1% dijo que la formación aumentaba su confianza a la hora de buscar trabajo. A menudo, esto se debe a las experiencias negativas de la formación, a los conflictos con los deberes personales y a la falta de programas disponibles y de apoyo económico para llevarlos a cabo.
Además, la organización también pide a empresas y gobiernos que cree fórmulas éticas para evitar que haya problemas de este tipo, como crear ciertas cuotas de ocupación para empleados de mayor edad o programas de formación internos.