España cae tres posiciones en la última edición del Ranking de Competitividad Mundial que elabora el Institute for Management Development (IMD). El país ocupa ahora el puesto 39 de los 64 países analizados. Los analistas del IMD atribuyen la caída "a la falta de recursos para hacer frente a la pandemia de coronavirus, al desarrollo de políticas erróneas en el apoyo a los sectores más afectados por la crisis y a cuestiones estructurales como el impulso de la digitalización y la investigación, o la mejora de la calidad del empleo y del paro juvenil". España no ocupaba una posición tan baja en el ranking desde el año 2014.
La pérdida de competitividad española contrasta con la evolución positiva de la gran mayoría de economías de Europa Occidental, que mejoran su posición respecto a la última edición del informe: Alemania (15º, +2), Reino Unido (18º, +1), Bélgica (24º, +1), Francia (29º, +3), Portugal (36º, +1), Italia (41º, +3) o Grecia (46º, +3). La progresiva mejora de estas economías permite a Europa Occidental reducir progresivamente su brecha con respecto a otras regiones.
El Ranking de Competitividad Mundial del IMD, que este año alcanza su 33 edición, valora la prosperidad y la competitividad de 64 economías de diversas regiones del mundo. La valoración se basa en cuatro grandes ámbitos –rendimiento económico, eficiencia gubernamental, eficiencia empresarial e infraestructura–, que se analizan a partir de datos cuantitativos y también desde una visión cualitativa.
Así ha cambiado España
Tras mantenerse durante tres años consecutivos en el puesto 36, España cae tres puestos hasta el 39. Este descenso puede deberse, según los expertos, al hecho de no disponer de una buena preparación para hacer frente a la pandemia desde el punto de vista económico y a políticas erróneas en el apoyo a sectores económicos importantes, como el turismo.
Esta edición del Ranking recoge el notable empeoramiento de España en dos de los grandes indicadores analizados: el rendimiento económico (de la posición 31 a la 42) y la eficiencia gubernamental (de la 44 a la 49).
Cae 11 posiciones en el rendimiento económico por el desempleo juvenil y el desplome del PIB
El descenso de 11 posiciones en el rendimiento económico responde a la posición rezagada que ocupa España en aspectos como el desempleo juvenil (62º), el crecimiento real del PIB per cápita (62º) o la resiliencia de la economía (56º).
La caída en eficiencia gubernamental refleja una percepción muy negativa con respecto al sector público, especialmente en lo relativo a finanzas públicas, legislación sobre desempleo, creación de empresas y adaptabilidad de las políticas gubernamentales.
España mejora tres posiciones en eficiencia empresarial
Por otro lado, España mejora tres posiciones en eficiencia empresarial (pasando del 42 al 39), con mejoras en aspectos como activos del sector bancario (del 20 al 17) o productividad laboral (del 22 al 19). Además, mantiene el puesto 25 en el acceso a los servicios financieros.
En el punto de infraestructura, España mantiene el puesto 26 que ocupa desde el año 2019, destacando los subindicadores relativos a la esperanza de vida al nacer (4º), la enseñanza secundaria (9º), el índice de educación universitaria (10º), el índice de cobertura sanitaria universal (13º), la calidad de vida (14º), la velocidad del ancho de banda de Internet (16º) y los acuerdos medioambientales (17º).
Según los expertos del IMD, los principales desafíos que tiene que solucionar la economía española están relacionados con preservar y fortalecer el sector empresarial; mejorar el clima empresarial para reactivar la inversión; impulsar la digitalización y la investigación científica, y mejorar la empleabilidad de los trabajadores, repensado políticas de empleo en el marco del diálogo social.
Los analistas del IMD piden enfocar las reformas hacia la creación de puestos de trabajo
En este sentido, los retos de futuro deben dirigirse a hacer un buen uso de las ayudas europeas y enfocarlas a la creación de puestos de trabajo; especialmente, en los sectores de la sostenibilidad, la tecnología y sus industrias relacionadas.
En lo relativo a la eficiencia empresarial y a pesar de los avances conseguidos, los resultados del informe recogen la necesidad de mejorar en la transformación digital y en el uso del Big Data por parte de las empresas. Asimismo, señalan la necesidad de aplicar reformas económicas y sociales, desarrollar la capacidad para atraer y retener talento, aplicar una legislación científica y mejorar en habilidades lingüísticas.
Suiza, el vencedor
El Ranking de Competitividad Mundial del IMD ha analizado un total de 64 economías, una más que en la edición anterior tras la inclusión de Bostwana (61º). Un total de 31 economías escalan posiciones, 26 descienden y seis permanecen en el mismo puesto.
Se observa que las economías más competitivas destacan por su inversión en innovación, actividades económicas diversificadas y políticas públicas de apoyo, según los expertos del Centro de Competitividad Mundial del IMD.
En los 15 primeros puestos aparecen economías con buena tecnología e infraestructuras tecnológicas
Así, Suiza encabeza el ranking por primera vez (pasando de la 3ª a la 1ª posición), destacando en inversión internacional, empleo y, especialmente, en aspectos relacionados con educación, finanzas públicas y marco institucional. Por su parte, Suecia (2º puesto, cuatro por encima que en la edición anterior) destaca por un buen desempeño económico; concretamente, en economía nacional y empleo. Completan los cinco primeros puestos Dinamarca (3°), Países Bajos (4°) y Singapur (5º), que en las dos últimas ediciones ha ocupado el primer lugar. La caída de Singapur responde a la pérdida de empleos, la falta de productividad y el impacto económico de la pandemia.
En los 15 primeros puestos aparecen economías con buena tecnología e infraestructuras tecnológicas, capacidad de transformar negocios, adaptación a las nuevas circunstancias derivadas de la pandemia, trabajo desde casa, etc. Al igual que el pasado año, destaca también la mejora generalizada de las pequeñas economías, que ganan terreno gracias, en buena parte, a su facilidad para implementar políticas en tiempos difíciles.
Resultados por regiones
A nivel regional, Asia Oriental y Central y Europa Occidental y Oriental han ascendido en la clasificación general, mientras que América del Norte y del Sur, Asia Occidental y África han empeorado.
La región de América del Norte (EE. UU, Canadá y México) se mantiene en una senda descendente en 2021. Desde 2016, los niveles de competitividad de los países de esta subregión han caído de una posición promedio de 21 a la 26 de este año.
El Sur de Asia y el Pacífico han experimentado una ligera caída entre 2020 y 2021, pasando de la posición 28 a la 29. En Asia Occidental y África, la disminución de la competitividad provoca una caída de la posición 34 a la 38.
Las economías de Asia Central, a su vez, experimentan un repunte en la competitividad general alcanzando una posición promedio de 46º.
América del Sur experimenta un retroceso en las mejoras de competitividad logradas entre 2019 y 2020. En promedio y durante el último año, el conjunto de países de esta subregión ha perdido tres lugares, pasando del 54 al 57.
Asia Occidental y África muestran ligeros descensos este año y solo un país (Jordania, 49º) ha registrado una leve mejora.