Economía

El método de ahorro de Harv Eker: cómo ahorrar mínimo un 10% al mes dividiendo en partes

  • Te contamos en qué consiste el método de los seis frascos o seis sobres
  • Aplicando porcentajes a tus ingresos y controlando en qué lo gastas para asegurar el ahorro

Ahorrar es uno de los objetivos que más se propone todo el mundo, ya sea en Año Nuevo, o con la perspectiva de acometer una inversión o un gasto importante, como comprarse una casa o cambiar de coche.

Pero ahorrar es complicado, sino no existiría la cantidad de fórmulas y consejos que ofrecen desde expertos en finanzas hasta amigos y familiares. Sin embargo, hay uno que por su simpleza es muy fácil de aplicar.

Hablamos del método Harv Eker. Eker es un hombre de negocios canadiense que hizo fortuna en el mundillo del fitness hace unas dos décadas, pero que tras perderlo todo por una mala gestión, se convirtió en un conocido escritor sobre finanzas personales.

En uno de sus escritos explica cómo es el método de ahorro que aplicó para darle la vuelta a esa situación de bancarrota. Y lo mejor de él es que es aplicable para cualquier bolsillo.

Su método, también conocido como el de los 6 frascos o 6 sobres, consiste en dividir de forma clara nuestros ingresos a comienzos de mes por porcentajes, y que el dinero guardado en esta especie de huchas imaginarias solo sea empleado para cumplir un único propósito.

Una de sus ventajas es que en estas divisiones se tiene en cuenta dinero para ocio o caprichos, lo que puede hacer que el hábito de ahorrar cueste menos.

Así es el método Harv Eker: cómo ahorrar dividiendo en porcentajes

La idea de este sistema es sencilla: separar los ingresos en 6 cuentas, partes o huchas diferentes para fines específicos. Para ello podemos acudir a sobres físicos o huchas de verdad -aunque no es lo más recomendable-, o aprovechar las cuentas de ahorro y huchas virtuales que ya ofrecen muchos bancos a través de sus aplicaciones.

Lo más importante es depositar sistemáticamente el dinero dividido en estos porcentajes de la siguiente manera:

Necesidades básicas (50%)

La mitad de tus ingresos se destina a las necesidades reales y básicas como la comida, los pagos de la hipoteca o alquiler, las facturas… Si no podemos hacerlo, Eker indica que deberíamos plantearnos o bien recortar nuestros gastos en la medida de lo posible o intentar conseguir más ingresos. Y si no es posible, recortar de los apartados de inversiones o donaciones que propone más adelante.

Ahorro (10%)

El 10% de los ingresos debería ir según este método al tarro llamado de ahorro. El objetivo de este apartado es no tocar el dinero y ahorrar, o bien para almacenar una cantidad para para futuros gastos imprevistos (por ejemplo, un coche nuevo, unas vacaciones, un sofá nuevo, pago de deudas...).

Educación (10%)

El método propone que dediquemos de forma constante un 10% de nuestros ingresos a formación, dado que esto nos hará mejorar profesionalmente y por lo tanto aspirar a conseguir más ingresos.

Ocio (10%)

Otro 10% de los ingresos se destinan al apartado de ocio. Es dinero destinado a viajes una vez acumulado, a salir a cenar o caprichos que nos apetezcan. Para evitar gastar demasiado o poco al mes, se recomiendo utilizar el dinero de esta hucha al menos cada pocos meses. Así podrás gastar sin sentirte culpable y mejorar gradualmente tu nivel de vida a medida que aumenten tus ingresos.

Donaciones (10%)

Eker parte de la base de que por muy malas que sean las circunstancias de alguien, siempre habrá otra persona que esté en un estado aún más comprometido. Lógicamente, dicho por una persona que ha hecho mucho dinero con sus negocios y sus libros es sencillo, así que también se puede rebajar este porcentaje gradualmente si lo necesitamos para otros vitales como el de necesidades básicas.

Ahorro o inversión a largo plazo (10%)

El último de los porcentajes de los ingresos van a parar a un apartado que Eker denomina de forma algo grandilocuente de Libertad Financiera, pero que llevado a la tierra, se trata de un ahorro a muy largo plazo que no debemos tocar o a destinarlo a una inversión de bajo riesgo, sobre todo por intentar batir la inflación como mínimo.

El dogma es que nunca toquemos este dinero con la idea de que cada vez esta hucha vaya siendo mayor hasta ser un colchón que nos permita vivir de forma mucho más tranquila.

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