
La carrera por la vacunación contra el COVID-19 continúa pero el ritmo de inoculación varía mucho según los países. Al menos eso apunta el Monitor Fiscal presentado este miércoles en Washington, donde se insiste en que es necesario intensificar la cooperación mundial para producir y distribuir vacunas a todos los países a un coste asequible.
"Cuanto antes las vacunas frenen la pandemia, más rápido podrán volver las economías a la normalidad", señaló en rueda de prensa, Vitor Gaspar, director del Departamento de Asuntos Fiscales de la institución.
De hecho, según sus proyecciones, si la pandemia se controla mediante una vacunación efectiva, el mayor crecimiento económico resultante produciría más de un billón de dólares en ingresos fiscales adicionales en las economías avanzadas para 2025 y ahorraría más en medidas de apoyo fiscal.
Según el Monitor Fiscal de abril de 2021, si esta situación se materializa, la vacunación se amortizará con creces y proporcionará una excelente rentabilidad al dinero público invertido en ella.
El documento relata cómo durante el primer año de la pandemia la política fiscal reaccionó con rapidez y contundencia ante la emergencia sanitaria. Sin embargo, a día de hoy, la capacidad de los países para aumentar el apoyo fiscal ha variado.
En las economías avanzadas, las medidas fiscales han sido considerables, como las aprobadas recientemente en Estados Unidos y las que figuran en el presupuesto de 2021 del Reino Unido. Entre los mercados emergentes y los países en desarrollo, el apoyo fiscal ha sido más limitado debido a las restricciones de financiación, pero el aumento de los déficits sigue siendo notable, ya que los ingresos fiscales han disminuido.
El promedio de los déficits fiscales globales en relación con el PIB en 2020 alcanzó el 11,7% en las economías avanzadas, el 9,8% en las economías de mercado emergentes y el 5,5% en los países en desarrollo de renta baja.
Como resultado, la deuda pública media mundial se acercó al 97% del PIB a finales de 2020 y se espera que se mantenga justo por debajo del 100% del PIB a medio plazo. El desempleo y la pobreza extrema también han aumentado considerablemente. Así pues, la pandemia corre el riesgo de dejar una profunda cicatriz.
Sin embargo, como advierte Gaspar, hasta que la pandemia esté bajo control, la política fiscal tendrá que seguir siendo flexible y de apoyo. La necesidad y el alcance de este apoyo varían según los sectores y las economías, con respuestas adaptadas a las circunstancias de cada país.
Los responsables políticos deben garantizar la disponibilidad de la protección social
Es por ello que, de acuerdo al Monitor Fiscal, los gobiernos deberían dar prioridad a dos aspectos. Por un lado ofrecer un apoyo más específico a los hogares vulnerables. La pandemia ha tenido un efecto desproporcionadamente negativo en los pobres, los jóvenes, las mujeres, las minorías y los trabajadores de empleos mal pagados y del sector informal.
Los responsables políticos deben garantizar la disponibilidad de la protección social y la sostenibilidad del gasto durante la duración de la crisis, ampliando la cobertura de las redes de seguridad social de forma rentable (por ejemplo, limitando la fuga de prestaciones a beneficiarios no previstos).
Por otro garantizar un apoyo más centrado en las empresas viables. Si la pandemia persiste, podrían producirse insolvencias empresariales generalizadas, que destruirían millones de puestos de trabajo, sobre todo en los sectores de servicios intensivos en contactos y en las pequeñas y medianas empresas.
Al mismo tiempo, los gobiernos harían bien en evitar la mala asignación de recursos y limitar el aumento de las empresas inviables. Los gobiernos podrían reducir gradualmente los préstamos y garantías generales así como limitar el apoyo público a las circunstancias en las que exista una clara necesidad de intervención. Otras alternativas que ofrece el Fondo son asociaciones entre el sector público y el privado para evaluar la viabilidad de las empresas antes de prestarles ayuda.
No obstante, sean cual sean las circunstancias, "los responsables políticos tendrán que encontrar un equilibrio entre proporcionar apoyo fiscal ahora, por un lado, y mantener la deuda a un nivel manejable, por otro", avisa Gaspar.
Entre las recomendaciones que realiza el Monitor Fiscal se aboga por reformar los sistemas fiscales nacionales e internacionales para promover una mayor equidad y proteger el medio ambiente. Además, para ayudar a cubrir las necesidades relacionadas con la pandemia, una opción es una contribución temporal de recuperación de la COVID-19 recaudada sobre las rentas altas. A medio plazo, debería reforzarse la recaudación de ingresos.