El Ministerio de Consumo está desarrollando un índice de Reparabilidad que clasificará a los productos eléctricos o electrónicos y, mediante un sello en el embalaje del producto, los consumidores conocerán el grado de arreglo del artículo que está adquiriendo.
La medida, anunciada por el ministro Alberto Garzón en el Día Mundial de los Derechos del Consumidor, busca incentivar la reparabilidad frente a la obsolescencia para reducir la huella ecológica.
En concreto, el índice de Reparabilidad clasificará los aparatos eléctricos y electrónicos en una escala de cero a diez puntos en base a criterios como la documentación proporcionada por el fabricante para la reparación y la facilidad para desmontar el producto, la disponibilidad de piezas de repuesto o la relación entre el precio de las piezas de repuesto y del producto original. Además, se tendrán en cuenta otros criterios específicos en función de la categoría AEE (asistencia y facilidad en el reinicio de software).
Cada baremo tendrá un máximo de veinte puntos y el índice de Reparabilidad se calculará sumando todos los puntos y dividiendo el resultado entre diez. Tendrán que ser los propios fabricantes o importadores quienes calculen el índice de los aparatos eléctricos o electrónicos que comercialicen y las autoridades de Consumo y de Vigilancia de Mercado supervisarán que el etiquetado es correcto.
Medida voluntaria
El sistema contra la obsolescencia programada y la huella ecológica es una recomendación del Parlamento europeo que ya implantó Francia el año pasado, por lo que España sería el segundo país en implantar la medida voluntaria para los fabricantes.
Durante su intervención en una conferencia organizada por Nueva Economía Fórum, el ministro ha recordado las dos líneas de trabajo paralelas en las que trabaja Consumo: el plan integral de consumo saludable (con Nutriscore a la cabeza) y el plan de promoción del consumo sostenible, en el que se incluye este índice de reparabilidad, "un derecho de los consumidores para tomar decisiones acertadas", según ha explicado Garzón.
Según ha explicado Garzón, con esta medida se otorga a los consumidores información sobre su derecho a reparar y a no tener que desechar un producto que haya dejado de funcionar pero que podría seguir siendo útil.
En cuanto a la industria, según el ministro, supone un incentivo para innovar en el ecodiseño y diferenciarse ante los consumidores por el desarrollo de tecnología reparable, actualizable, sostenible y sin obsolescencia.