España es uno de los grandes beneficiados en el reparto de dinero del fondo de recuperación europea. Madrid recibirá, en principio, unos 140.000 millones de euros del fondo de recuperación europeo (de un monto de 750.000 millones), de los que 72.700 millones se darán en ayudas directas. Aunque parezca mentira, uno de los grandes riesgos es que España sea incapaz de utilizar este dinero con la velocidad que requiere la actual situación. Como muestra la pobre ejecución de gasto con los fondos estructurales europeos, no será tarea fácil.
Los precedentes no son buenos, aunque la tendencia muestra cierta mejora. España ha ejecutado un 43% de los fondos estructurales y de inversión asignados en el último presupuesto a largo plazo de la Unión Europea (2014-2020), el porcentaje más bajo de todo el bloque a pesar de haber crecido en diez puntos en el último año, según la última actualización de los datos publicada este lunes por la Comisión Europea.
El anterior marco financiero de la UE englobaba los años comprendidos entre 2014 y 2020, pero los socios comunitarios todavía pueden seguir gastando gastos previstos dentro de ese presupuesto hasta 2023, con lo que España dispone de tres años más para elevar el nivel de ejecución.
Con todo, a fecha del 31 de diciembre de 2020, España había ejecutado un total de 24.040 millones de euros, un 43% de los 56.552 millones que tenía asignados a cargo de los cinco programas que componen los fondos europeos estructurales y de inversión para el periodo 2014-2020. El nivel de gasto planificado sí que alcanza a estas alturas el 100%, mientras que el nivel de gasto decidido se sitúa ya en el 93%.
Por ahora, el Gobierno está poniendo en marcha nuevos mecanismos para agilizar los trámites que deberían permitir gastar los fondos de recuperación europeos que se van a recibir por la pandemia. Son muchos miles de millones de euros a los que hay que buscar de forma rápida y eficiente un destino que sea coherente con los pilares que promueve la UE: crecimiento sostenible, reformar la economía 'verde', mejorar la formación de los desempleados... No sería extraño que malas elecciones terminasen privando a España de parte de los fondos o generando un estímulo en la economía fugaz.
Por detrás de Eslovaquia o Rumanía
Volviendo a los fondos del presupuesto de la UE, España siempre presenta unas tasas de ejecución muy pobres. En los últimos (2014-2020) España es el país más retrasado en la ejecución de fondos estructurales del presupuesto anterior, seguido de Eslovaquia (45%), Croacia y Rumanía (49%), Bélgica (50%) y Dinamarca e Italia (51%), Bulgaria (53%) y Polonia (55%), todos ellos por debajo de la media comunitaria, que se sitúa en el 52%
Por contra, los países más avanzados son Finlandia, con un nivel de ejecución del 82%, Irlanda (76%), Austria (75%), Luxemburgo (74%) y Suecia (70%). Francia y Alemania también cuentan con un nivel de fondos ya gastados por encima de la media de la UE, con un 66% y un 62%, respectivamente.
En concreto, España ha ejecutado ya un 59% del presupuesto asignado dentro del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader), con 7.200 millones de los 12.200 millones previstos; un 58% de la Iniciativa de Empleo Juvenil (1.760 millones de 3.000 millones) y un 43% de los recursos del Fondo Social Europeo (4.400 millones de 10.300 millones).
Los dos programas con más retrasos de ejecución en España son el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), del que se han gastado ya 10.200 millones de los 29.500 millones previstos (un 35%) y el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP), cuya ejecución hasta finales del pasado año era de un 26% (apenas 377 millones de los 1.400 millones previstos para España).
Con respecto a la división por temas que contempla la Comisión Europea en el informe, España ha destinado 10.600 millones al capítulo sobre investigación e innovación, 8.000 millones a mejorar la competitividad de las pymes, 7.440 millones a fomentar un empleo sostenible y de calidad y 5.960 millones a proteger el medio ambiente,
Además, 5.200 millones de los fondos estructurales del presupuesto comunitario anterior se han dedicado a la inclusión social, 5.000 millones a la transición hacia una economía baja en carbón, 3.930 millones a programas de educación y formación, 3.400 millones a las tecnologías de la información y la comunicación, 2.780 millones en infraestructuras energéticas y de transportes Y 2.460 millones en medidas de adaptación al cambio climático.