Economía

Biden confía en la OTAN y el G7 para disuadir a Europa de su acercamiento a China

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Cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden llegó al poder el mes pasado, tenía grandes esperanzas de restaurar las alianzas transatlánticas.

Sin embargo, su Administración mantuvo la semana pasada los aranceles del 25% que pesan sobre productos europeos como el aceite, vino o lácteos por valor de 7.500 millones de dólares (unos 6.900 millones de euros) anuales. Algo que pone de manifiesto cierta tensión con sus aliados europeos, que mantienen las distancias y han mostrado cierta afinidad hacia China, especialmente en el ámbito económico.

De hecho, en 2020, las exportaciones de bienes de la Unión Europea a China aumentaron un 2,2% y las importaciones subieron un 5,6%, mientras que el comercio de la UE con el resto del mundo se redujo drásticamente (un 9,4% en términos de exportaciones y un 11,6% en términos de importaciones en comparación con 2019).

Específicamente, la pandemia afectó gravemente al comercio transatlántico, ya que las exportaciones de productos europeos a EEUU cayeron un 8,2% interanual. Las importaciones cedieron un 13,2%. Los nuevos datos llegan en un momento en que Bruselas intenta intensificar sus lazos económicos con Pekín mediante la celebración de un pacto de inversión entre la UE y China.

No obstante, Biden y su gabinete insistirán de nuevo en múltiples foros esta semana en hacer un frente común contra el país asiático. Está previsto que el viernes el demócrata intervenga en una reunión del G7 organizada por el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, en la que se hablará de la "necesidad de realizar inversiones para reforzar la competitividad colectiva y de la importancia de actualizar las normas mundiales para hacer frente a retos económicos como los que plantea China", según adelantó la Casa Blanca.

Ese mismo día también destacará la importancia de los lazos transatlánticos en la Conferencia de Seguridad de Múnich, un encuentro que se celebra desde hace décadas y al que Biden ya asistió tres veces como vicepresidente. Todo ello en un momento en que EEUU revisa su política respecto al gasoducto Nordstream 2 para llevar gas natural ruso a Alemania a través del Mar Báltico.

El presidente de EEUU ya ha transmitido en conversaciones telefónicas privadas con sus homólogos en Francia, Alemania y otros aliados europeos que Washington quiere formar un equipo contra China en lugar de continuar con la estrategia en solitario emprendida por el ex presidente, Donald Trump.

Mientras tanto, el Secretario de Defensa, Lloyd Austin, tiene previsto participar el miércoles en un encuentro virtual con los miembros de la OTAN por primera vez desde que se incorporase a la Administración Biden. Está previsto que los aliados europeos muestren su compromiso de aumentar su gasto en defensa y un posible plan para alistar a la OTAN como contrapeso a China.

Según declaró el lunes en Bruselas el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg,"China y Rusia están a la cabeza de una ofensiva autoritaria contra el orden internacional basado en normas". Al respecto también señaló cómo la próxima cumbre de líderes de la OTAN prevista "será una oportunidad única para iniciar un nuevo capítulo de las relaciones transatlánticas".

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