
Los ministros de Agricultura de la Unión Europea negocian a contrarreloj un acuerdo sobre la Política Agraria Común que permita continuar con el procedimiento de aprobación de un nuevo modelo que lleva ya dos años de retraso y que supondrá importantes cambios para los agricultores del Viejo Continente.
La PAC se llevará cerca de 390.000 millones de euros del presupuesto europeo entre los años 2021 y 2027, unos 47.000 millones para los agricultores y ganaderos en España, pero a cambio obligará a nuevas exigencias medioambientales para que los profesionales agrarios reciban el mismo nivel de ayudas a través de los denominados ecoesquemas.
España quiere que la reforma de la PAC garantice el "equilibrio" entre los ecoesquemas, esas nuevas ayudas complementarias que primarán las prácticas agro ganaderas sostenibles, y los apoyos a la renta de los productores.
Para España, la implantación de los ecoesquemas debe de haccerse de una manera flexible hasta 2027 y, como mucho, concentrar el 20% de las ayudas PAC del primer pilar.
Así, Planas es partidario de que esos instrumentos sean obligatorios para todos los Estados miembros y cada país tenga un catálogo de posibles 'ecoesquemas' entre los que agricultores y ganaderos puedan escoger y que puedan aplicar para así recibir ayudas complementarias.
En cualquier caso, el ministro de Agricultura defiende que para los productores la aplicación de esos ecoesquemas sea siempre voluntaria.
"Son unas negociaciones duras" ha reconocido la ministra alemana de Agricultura, Julia Klöckner, que admitió que "aún queda mucho camino que recorrer" para lograr un consenso que no fue posible y que apuntaba la posibilidad de que las negociaciones se prolongasen toda la noche.