El Fondo Monetario Internacional ha presentado su Monitor Fiscal. El equipo liderado por Vitor Gaspar pone de manifiesto cómo la crisis desatada por la pandemia ha tenido un profundo impacto social pero, al mismo tiempo, "los gobiernos han tomado medidas enérgicas para amortiguar el golpe, por un total de 12 billones a nivel mundial".
Estas medidas han salvado vidas y medios de subsistencia pero también suponen un importante coste que, junto con las fuertes caídas de los ingresos fiscales debido a la recesión, han llevado la deuda pública mundial a un máximo histórico cercano al 100% del PIB.
Prueba de ello queda patente en nuestro país. La deuda pública bruta de España alcanzará este año un 123% y durante los próximos cinco años no volverá a los niveles previos a al Covid. De hecho, en 2025, el apalancamiento regresaría a una senda alcista tras un periodo descendente hasta situarse en el 118,8%, lo que supone tan solo una reducción de 3,4 puntos porcentuales desde los niveles previsto para 2020. Otros países europeos, como Francia o Italia, cerrarán este año con niveles de deuda del 118,7% y el 161,8% del PIB respectivamente.
Recordemos que, según las Perspectivas de Crecimiento Mundial dadas a conocer esta semana, la economía Española se postula como la más golpeada por la crisis entre los principales países del mundo. Durante la semana también se publicó el Informe Global de Estabilidad Financiera.
"Los gobiernos se han centrado en hacer todo lo necesario para limitar sus consecuencias. El enorme apoyo fiscal brindado desde el inicio de la crisis ha logrado proteger a las personas y preservar los empleos", asegura Gaspar quien apunta como las prestaciones por desempleo y los subsidios salariales, como en la mayoría de las economías europeas, "han contribuido a preservar el empleo o el nivel de vida".
En este sentido destaca cómo las transferencias de efectivo han sido especialmente útiles para apoyar a los trabajadores de bajos ingresos así como a los autónomos que han perdido sus empleos. Al mismo tiempo, el apoyo de liquidez a las empresas ha evitado una ola de impagos y despidos masivos. Esto ha sido especialmente importante para las pequeñas y medianas empresas que representan una gran parte del mercado laboral.
Es por ello que a medida que las economías reabren pero todavía persiste la incertidumbre sobre el curso de la pandemia, los gobiernos deben asegurarse de que el apoyo fiscal no se retira demasiado pronto. No obstante, los gobiernos deben ser más selectivos y evitar obstaculizar las necesarias reasignaciones sectoriales a medida que se reanuda la actividad.
De esta forma, el FMI recomienda que el apoyo debe pasar gradualmente de proteger los empleos a hacer que las personas vuelvan a trabajar, por ejemplo, reduciendo los programas de retención de empleos (subsidios salariales), reintroduciendo los requisitos de búsqueda de empleo y ayudando a las empresas viables pero aún vulnerables a reabrir con seguridad. "Con tasas de interés bajas y alto desempleo, impulsar la inversión pública, comenzando con el mantenimiento y aumentando los proyectos, puede crear empleos y estimular el crecimiento económico", señala el Monitor Fiscal.
De cara a mejorar la posición fiscal, el FMI deja claro que los gobiernos también deben adoptar medidas para mejorar el cumplimiento tributario y considerar impuestos más altos para los grupos más ricos y las empresas altamente rentables. "Estos ingresos ayudarían a pagar los servicios críticos, como las redes de seguridad social y sanitaria, durante una crisis que ha perjudicado de forma desproporcionada a los segmentos más pobres de la sociedad".
"Los gobiernos han tomado medidas enérgicas para amortiguar el golpe, por un total de 12 billones a nivel mundial"
El FMI proyecta que el déficit de España alcanzará este año el 14,1% y se reducirá gradualmente hasta el 7,5% y el 5,8% durante 2021 y 2022 respectivamente. Tras una senda descendente esta proyectado un repunte en 2025, cuando alcanzará el 4,4% del PIB. Es por ello que Gaspar y su equipo recomiendan a países con un perfil como el español, con un desempleo de larga duración y la posibilidad de experimentar cicatrices al hilo de la actual crisis comenzar a planificar un ajuste a mediano plazo.