
Los hogares más expuestos a la actual recesión provocada por el coronavirus están mejor preparadas para soportar el golpe que en 2008, según el Banco de España. La diferencia es que los trabajadores de los sectores más afectados, comercio, hostelería y turismo, afectan a jóvenes y mujeres, que no suelen ser la principal fuente de ingresos de la unidad familiar. Además ayuda que los hogares tienen una deuda menos elevada que en la pasada crisis.
El Banco de España, basándose en datos de la Encuesta Financiera de las Familias de 2017, expone que las industrias sociales -donde entran restaurantes, hoteles, comercio físico o actividades artísticas y de ocio- han sido las más afectadas por las medidas de distanciamiento y, por tanto, donde más se ha dañado el empleo frente al mayor daño en construcción o industria de la anterior crisis.
Recuerda que, entre 2008 y 2017, estos sectores ocupaban a más del 50% de las mujeres y en torno a la mitad de los menores de 35 años y que sus empleados tienen menores salarios que el resto, "si bien no son siempre el miembro que más renta aporta al hogar".
"Estos salarios más reducidos se verían parcialmente compensados por el hecho de que los empleados afectados convivían con otros miembros del hogar con rentas más elevadas", añade.
En cuanto a la situación patrimonial, recuerda que un 28% de los trabajadores de las industrias sociales vivían en 2017 en hogares cuyos activos financieros representaban menos de un mes de renta, y alrededor de un 8% tenían deudas bancarias cuyos pagos excedían el 40% de la renta bruta del hogar, porcentajes peores que en los hogares con empleados en industrias regulares.
Pero pese a estas menores rentas laborales y una situación patrimonial algo más frágil en los ocupados de los sectores más dañados por el COVID.19, el Banco de España ve diferencias con el impacto de 2008 por el peso de estos salarios en la familia y por el menor endeudamiento. La crisis de 2008 afectó sobre todo a sectores como la construcción y la industria manufacturera, con mayor proporción de hombres y, en muchos casos, suponía la principal fuente de ingresos de la unidad familiar.
"Los trabajadores más afectados por la recesión actual residen en hogares con niveles de activos financieros similares a los que tenían los más afectados por la crisis de 2008, pero, como consecuencia del proceso de desendeudamiento y de la caída de los tipos de interés, una menor proporción dedica un porcentaje elevado de su renta al pago de deudas bancarias", apunta.
En resumen, concluyen que en comparación con los trabajadores más afectados por la recesión de 2008, en 2017 los empleados de las industrias sociales tenían una probabilidad 6 puntos menor de ser los principales preceptores de renta del hogar, y una probabilidad 3 puntos menor de residir en hogares que dedicaban más del 40% de su renta a pagos de deuda.
"El grado de diversificación de los ingresos de los hogares más expuestos a la recesión actual -ligeramente superior al observado en 2008- y la menor proporción de la renta destinada al pago de deudas sugieren que estas familias tendrían en el presente una menor vulnerabilidad financiera que las más afectadas por la crisis financiera de 2008", concluye el artículo del organismo.