
A nadie se le escapa la magnitud de los Ertes aprobados durante estos tres meses para hacer frente al parón de la actividad generado por el confinamiento impuesto por el Gobierno durante el estado de alarma. Casi ningún sector se ha escapado a sus efectos, aunque las consecuencias distan mucho de unos a otros. Según un estudio realizado por Fedea, concretamente por su director Ángel de la Fuente, de cien subsectores, siete han concentrado más de la mitad del coste asumido por el Ministerio de Trabajo para abonar las prestaciones de los trabajadores acogidos a un expediente de regulación temporal de empleo.
En concreto, los trabajadores de estos siete subsectores recibieron en mayo del Sepe 1.626 millones de euros, el 54,7% de los 2.973 millones de la nómina de las personas amparadas por un Erte. Cada uno de estos sectores ha superado la barrera de los 100 millones en coste global para el Ministerio de Trabajo sobre el centenar analizado en el informe de Fedea, corte utilizado para incluirlos como los principales subsectores a la hora de recibir las prestaciones del Sepe.
Y aunque son grandes sectores por mano de obra contratada, su peso en el total del empleo nacional supone el 35,4% de los asalariados afiliados a la Seguridad Social el pasado mes de mayo. Por tanto, han consumido en prestaciones 20 puntos más de lo que les correspondería por su volumen de afiliación.
Notables diferencias
Dentro de los siete sectores que recibieron más de 100 millones en prestaciones del Sepe, también hay notables diferencias. Con peso propio, sobresale la actividad de restauración –bares y restaurantes– (Servicios de comidas y bebidas, según la nomenclatura del CNAE), que con el 80% de sus trabajadores acogidos a un Erte, ha supuesto 416 millones de euros.
La segunda posición recae en el Comercio al por menor (exceptuando vehículos) que ha salido mejor parado en términos porcentuales, pues los trabajadores en Erte en mayo han supuesto del 30,6% del total de empleo del sector. Con todo, dado el alto volumen de empleo que hay en esta actividad, el Sepe ha desembolsado 326 millones de euros. El Comercio al por mayor e intermediarios del comercio (excluyendo igualmente vehículos a motor) se coloca como la tercera actividad que más recursos ha demandado del Sepe, concretamente 243 millones de euros, con el 26,8% de sus afiliados en Erte.
Por debajo de los 200 millones de euros, el cuarto sector en el ranking lo ocupa la hostelería (Servicios de alojamiento en la CNAE) con el porcentaje más alto de profesionales acogidos a un Erte sobre el total de su afiliación, el 83,5% y un impacto de 199 millones de euros en las arcas del Gobierno. La quinta posición fue en mayo para Educación, con el 16,5% de sus afiliados en Erte que supusieron 183 millones de euros para el Sepe.
Sector del automóvil
Los dos últimos sectores que superan los cien millones de euros en el coste de la nómina del Sepe en Ertes son la Venta y reparación de vehículos y motocicletas que, con un 54,5% de sus afiliados en Erte, ha costado en mayo 143 millones de euros y, curiosamente, se cuela en el ranking las Actividades sanitarias. Ciertamente, el porcentaje de trabajadores incluidos en un Erte se reduce al 7,9%, pero superan los 80.700, lo que explica el coste de 115 millones de euros.
Pero la concentración se mantiene también entre los sectores por debajo de cien millones. Según Fedea, los 19 primeros sectores (sobre cien) han concentrado el 76,8% de los fondos destinados para abonar las prestaciones de desempleo de los Ertes, 2.282 millones de euros, cuando en mayo estos sectores daban empleo al 55,8% de total de los asalariados en España.
Entre ellos, en porcentaje de trabajadores incluidos en un Erte destaca el sector de Agencias de viajes, operadores turísticos, servicios de reservas y actividades relacionadas, con el 74,4% de sus afiliados; Actividades deportivas recreativas y de entretenimiento, el 68,7% de sus trabajadores; Otros servicios personales, 46% y Fabricación de vehículos a motor, remolques y semirremolques con un 35,2% de sus trabajadores amparados en el mes de mayo por un Erte.
Al margen del impacto de los diferentes sectores en el coste final de los Ertes, el estudio de Fedea (técnicamente un nota) es mucho más amplio, pues analiza las datos de afiliación, los afectados por Ertes, pero también el cese de actividad de los autónomos entre los meses de marzo, abril y mayo.
Empleo sin el Covid-19
El objetivo, según aclara a elEconomista su autor, Ángel de la Fuente, es poder analizar la evolución en los próximos meses en los distintos sectores para conocer cómo van recuperando el empleo, tanto en la parte de trabajadores por cuenta ajena (incluidos en los Ertes) como por cuenta propia (con prestaciones), pero también en el conjunto de la afiliación de cada uno de los sectores. Por lo que, aunque esta primera nota es interesante para conocer cómo ha impactado cada sector en las arcas del Ministerio de Trabajo, será mucho más interesante para conocer el proceso de recuperación de cada sector. "Se trata de sistematizar los datos", dice.
La nota, que aporta los cuadros de Excell al nivel de dos dígitos de actividades CNAE (cien sectores), permite desarrollar análisis muy pormenorizados, un fin buscado por el autor. Pero además, realiza un análisis contrafactual de qué hubiese sucedido en la economía por sectores de no haberse producido el Covid, en términos de afiliación a la Seguridad Social.
La conclusión de la nota es que sin el coronavirus, de los 16.304.836 afiliados por cuenta ajena de febrero se habría pasado a 16.612.297 en julio, casi 310.000 afiliados más. Y los autónomos habrían crecido en 13.885 personas en julio, 21.000 en junio por el efecto estacional.
Un tercio reincorporado
El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, desveló el pasado jueves en una comparecencia en la Comisión de Seguridad Social del Senado, que en mes y medio, desde que se puso en marcha la incorporación parcial de los trabajadores incluidos en un Erte, habían salido de los expedientes 1,2 millones sobre los 3,4 millones registrados a finales de abril. Es decir, algo más de un tercio de todos los asalariados que han estado cubierto por esta herramienta laboral. Por tanto, la nómina abonada en junio, correspondiente a mayo, y la de julio, por junio, tendrán un coste inferior al cubierto en mayo.