Las alarmas -y el malestar- saltaron a primera hora de ayer entre los economistas del entorno del PSOE, aquellos que trabajan asiduamente cuando se les requiere desde Ferraz para preparar documentos que generalmente acaban plasmados en los programas electorales del partido socialista. El País publicaba en su edición de ayer, a toda plana, que Sánchez ha fichado a 100 economistas de élite para diseñar la era poscovid. En la lista publicada por el diario no aparecen los economistas de cabecera del PSOE.
Al habla con varios de estos economistas del entorno socialista, que prefieren el anonimato, mostraban a eE, primero, su sorpresa y, segundo, el convencimiento de que la publicación en el diario y la propia Comisión de los cien expertos responden más a una operación de imagen que a un intento por establecer un plan de ruta para hacer una "sociedad" más progresista en los próximos treinta años.
Y critican que más del 70% de los economistas elegidos por Moncloa están cercanos al pensamiento liberal del PP, incluso que muchos han trabajado en proyectos económicos y propuestas del partido de Casado.
No obstante, uno de los 100 economistas elegidos por Moncloa, también bajo la premisa del off the record, matiza que su mandato, voluntario y sin retribución, no es elaborar un informe de prospectiva para el futuro, sino aportar opiniones en los debates que están manteniendo semanalmente. Aclaran que "el informe lo elaborará la Oficina de Prospectiva y Estrategia" dependiente del Gabinete de la Presidencia del Gobierno.
Y reconocen que el informe final podrá recoger parte de sus aportaciones sólo si la Oficina de Presidencia lo considera oportuno. Igualmente, la intención de la Oficina de Perspectiva es mantener reuniones y debates con organismos nacionales e internacionales como la OCDE, la ONU, la UE o los agentes sociales españoles para enriquecer el informe. El objetivo es tener para septiembre el borrador del informe de Prospectiva de los retos de la España de 2030-2050.
Y, aclaran, que este informe no nace de la crisis del Covid-19, sino que se remonta al mes de febrero. A mediados de ese mes, Pedro Sánchez creó la Oficina Nacional de Prospección y Estrategia de España y puso al frente al historiador, y experto en prospectiva, Diego Rubio que bajo la batuta de Director del Gabinete de Presidencia, Iván Redondo, nombre un equipo joven. El propio Rubio tiene 34 años.
A partir de febrero, Rubio se pone en contacto con un grupo reducido de expertos a los que les ofrece participar como asesores en este informe de prospectiva 2030-2050. La primera misión que les encomendó fue, además del asesoramiento, el diseño del informe inicial y su estructura con los ejes o capítulos que iba a tratar, así como, la ampliación del equipo hasta completar el centenar de expertos, en su mayoría economistas, que participan en el informe.
Entre los grande ejes, la productividad y el crecimiento económico, la educación, las desigualdades o el mercado de trabajo y, a partir de estos grandes ejes, se han creado diez comisiones de trabajo que se reúne con una periodicidad semanal, actualmente a través de zoom. Se trata establecer un análisis de la situación, detectar los retos, con los que se enfrentará España en las próximas décadas y hacer recomendaciones en unos debates que los participantes califican de honestos y enriquecedores.
Ante la disparidad de opiniones ideológicas dentro de las comisiones, que las hay, las fuentes consultadas apuntan que así lo exigieron ellos mismos para enriquecer las aportaciones al informe. Entre los expertos está José A. Herce, Sergi Jiménez, Rafael Domench, Toni Roldán, Sara de la Rica, Olga Cantó, Javier Andrés o Antonio Cabrales, según cita El País, entre otros.