
El Gobierno de Pedro Sánchez ya tiene aprobada la senda fiscal de 2020, y la del periodo de 2021-2023, con sus consiguientes techos de gasto, de un 3,8% más para el primer ejercicio presupuestario, y con un incremento del gasto del 3% para el segundo. Este miércoles, y tras el turno de las distintas fuerzas políticas con representación en la Cámara Alta, recibía el visto bueno de sus señorías para proceder, a continuación, a la presentación del borrador de los Presupuestos Generales del Estado, una fecha que se ponía en tela de juicio ante la amenaza de JxC de reventar la tramitación de las Cuentas Públicas de 2020 con la convocatoria de elecciones autonómicas en Cataluña.
El Ejecutivo de Sánchez volvió a encontrar, esta vez en el Senado, las mismas complicidades que la semana pasada en el Congreso de los Diputados. Con 133 votos a favor, 109 en contra y 14 abstenciones, el gobierno de coalición ya tiene el principal trámite para ponerse a trabajar sobre los Presupuestos.
En esta ocasión, el veto del Senado que fijaba la Ley de Estabilidad Financiera no ha sido necesario, porque la mayoría del Parlamento era suficiente. No obstante, antes de la votación de las sendas de estabilidad fiscal, de 2020, y del 2021 al 2023, el Senado votaba también en contra de la moción presentada por el Partido Popular para evitar tumbar la prerrogativa de la mayoría absoluta para que los objetivos fiscales y de deuda pública salgan adelante.
En el turno de portavoces, Ander Gil García, en nombre del PSOE, afeó al Partido Popular, y en concreto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel García Ayuso, por convertir a Madrid "en un paraíso fiscal para los que más tienen". "Madrid -subrayó el senador socialista- es la comunidad con mayor desigualdad de España. Un infierno fiscal".
Gil reprobó la política fiscal de los populares, tan críticos con el PSOE, recordando que en tiempos de Cristóbal Montoro se "subió el IRPF en 50 ocasiones, y por subir el IVA subieron el de la Cultura y del cine, y hasta el impuesto al sol"