
España no solo gasta mucho, además gasta mal. Los expertos y economistas destacan que uno de los grandes problemas del gasto público en España es la falta de eficiencia. "Es un gasto poco efectivo y poco eficiente", destaca Gregorio Izquierdo, director de general del Instituto de Estudios Económicos (IEE). Según un nuevo indicador del organismo, España debería crecer un 4% en eficiencia del gasto para alcanzar la media de la Unión Europea (UE) y hasta un 14% para llegar a los niveles del promedio de la OCDE.
Izquierdo y el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, han presentado hoy el estudio Eficiencia del gasto público. Medición y propuestas de mejora, en el que han desarrollado el Índice IEE de eficiencia en el gasto público. Los datos muestran que España tiene una puntación de 87,4 puntos, con la base de la OCDE igual a 100.
El país que presenta las mejores prácticas es Suiza y España debería mejorar su forma de gasto un 66% si quiere alcanzarle. De este modo, España se sitúa en la posición 26 de los 36 países analizados. Según los expertos del IEE, solo con reducir parte de esta brecha, España alcanzaría el superávit en sus cuentas públicas sin necesidad de subir ningún impuesto. "No estamos hablando tampoco de reducir las prestaciones, sino de gastar mejor y de forma más responsable", apunta Íñigo Fernández de Mesa.
Colaboración público-privada
El informe del IEE destaca otro asunto que afecta a las finanzas públicas españolas. España presenta unos ratios de externalización, tanto frente al PIB como al total del gasto público, por debajo de la media de la Unión Europea y la OCDE. Según los economistas la colaboración público-privada es un catalizador obligado de eficiencia para la Administración Pública.
En términos comparados, la externalización de la Administración española todavía no llega a los estándares medios europeos. Según la OCDE, España se sitúa entre las que menor gasto en externalización presenta. De este modo, el país destina un 7,6% del PIB a externalizar servicios frente al promedio del 9,7% de la Unión Europea. Alemania presenta un 13,3%, Finlandia un 13,7% y los Países Bajos un 16%.
Digitalización
Según el documento, entre las buenas prácticas para contener el gasto público, España está acometiendo un notable proceso de digitalización de su sector público, que debería extenderse a todas las Administraciones. En el ámbito sanitario, en las Comunidades Valenciana y de Madrid se ha constatado que, mediante la gestión privada de hospitales, se logra un ahorro de costes próximo al 30% frente a los de gestión totalmente pública.
Los expertos también aseguran que se podría mejorar la eficiencia a través de la reducción de la Administración paralela, es decir, racionalizar organismos públicos que operan bajo un escaso control. A nivel internacional, se indica que, en algunos países, una mejor evaluación de los empleados del sector público y la implementación de la retribución por objetivos han permitido mejorar el rendimiento de los mismos.
Medidas
El IEE recomienda, para aumentar la eficacia y eficiencia del gasto público en España, mejorar la asignación del gasto en las diferentes políticas y generar una mayor eficacia del gasto en cada una de ellas. Así, lo principal sería llevar a cabo una evaluación rigurosa y externa de las políticas públicas. En este sentido, destacan los trabajos de la AIRef, que ha iniciado un proceso de revisión del gasto para el conjunto de las Administraciones Púbicas, con la finalidad de detectar posibles ineficiencias y solapamientos entre Administraciones.
El documento recoge que existen importantes áreas de mejora, como es el caso de la educación. España presenta tasas de abandono escolar y resultados no acordes con su nivel de gasto, y se ha observado una mayor eficiencia en la esfera privada que en la pública. En relación con las políticas activas de empleo, la AIReF constata que algunos de sus programas no ofrecen los resultados esperados en cuanto a empleabilidad, mientras que, sobre la prestación de servicios de las Administraciones Locales, señala que el pequeño tamaño de algunos municipios no permite una mejoría en los costes.