
Tras más de 27 horas de negociaciones sin parar, en sesiones bilaterales, en grupos, y con todas las combinaciones posibles de Estados miembros, la cumbre europea para aprobar el marco financiero plurianual para el próximo periodo (2021-2027) terminó sin acuerdo.
Las enormes diferencias entre el grupo de contribuyentes netos llamado "los cuatro frugales" (Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia) y la gran mayoría de 17 socios que quería evitar los recortes, impidieron que se juntaran en la plenaria hasta el viernes a las siete de la tarde. Solo lo hicieron para discutir la intentona presentada por la Comisión con ajustes cosméticos a la propuesta sobre la mesa del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Batalla campal
El debate apenas llegó a los 25 minutos. Los líderes emprendieron el camino de vuelta a sus capitales sin saber cuándo volverán a negociar. La siempre complicada negociación de las cuentas plurianuales se convirtió en una batalla campal, tras la salida del Reino Unido, tradicionalmente el socio problemático, confirmando la desunión que lleva tiempo agrietando el bloque comunitario. "Tenemos que continuar trabajando duro", comentó tras la cumbre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Las mínimas concesiones que sugirió la alemana para convencer a los contribuyentes netos y a los que piden más ambición, se quedó muy corta, sobre todo para quienes se oponen a meter la tijera a los fondos agrícolas y a la Cohesión, las dos terceras partes de las arcas comunitarias. "Es muy insuficiente", adelantaron fuentes de Moncloa tras ver las modificaciones de Bruselas.
Michel comentó que "en los próximos días o semanas" verán cuándo se pueden volver a juntar
El malestar entre los 17 socios del llamado Grupo de la Cohesión era visible. Desde Moncloa reconocieron que el debate había estado condicionado desde el jueves por los cuatro frugales y su insistencia en recortar más una propuesta que ya era "altamente decepcionante" a los ojos de España. La mayoría había empezado a contraatacar. "La dinámica está cambiando", añadieron desde Moncloa.
Michel comentó que "en los próximos días o semanas" verán cuándo se pueden volver a juntar. Y rozando un acto de fe, se mostró "confiado" con la posibilidad de llegar a un acuerdo si continuaba un "diálogo respetuoso".
La Comisión había presentado por la tarde un documento técnico de dos hojas, que modificaba ligeramente la caja negociadora de Michel, criticada desde todos los flancos. La propuesta quedaba lejos de las reivindicaciones de cada lado, pero incluía modificaciones cosméticas, que permitía a cada uno regresar con algún tanto que vender a sus audiencias domésticas.
El centro de gravedad volvió prácticamente donde lo había dejó la presidencia finlandesa el pasado diciembre. Los contribuyentes netos, que controlaron la dinámica y los tiempos del debate, conseguían reducir aún más la propuesta de Michel, aunque no recortaron el volumen hasta el 1% del PIB europeo como querían. El dinero que podría comprometer la UE durante los próximos siete años sería del 1.069% de su PIB, mientras que los pagos reales caerían hasta el 1.05%, frente al 1.06% propuesto por Michel.
Por su parte, el grupo de 17 países que pedía más gasto conseguía reducir mínimamente los recortes a la PAC y la Cohesión, sobre todo con 4.400 millones de euros más para el campo, 2.000 millones de ellos en ayudas directas.
El resto de países, sobre todo Alemania y Francia, también se lleva algunas golosinas con las que camuflar las concesiones que realizadas por cada campo para intentar cuadrar el círculo. Sin embargo, "el milagro" no llegó y la intentona de la Comisión encalló. Sánchez se mostró molesto tras la cumbre con la "disyuntiva engañosa y tramposa" de los cuatro frugales de identificar a las políticas tradicionales (PAC y Cohesión) con algo "malo".