La administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desoyó los renovados esfuerzos del comisario de Comercio de la Unión Europea, Phil Hogan, y optó por incrementar las tensiones comerciales transatlánticas bajo el cobijo del caso Airbus. Eso sí, la escalada ha sido lo suficientemente limitada como para garantizar una posible resolución al conflicto y avanzar así hacia un posible acuerdo comercial, más allá de los subsidios al fabricante aeronáutico.
La Oficina del Representante Comercial (USTR, por sus siglas en inglés) informó el pasado viernes que incrementará del 10% al 15% los aranceles a las aeronaves importadas de Europa, con sus miras específicamente en Francia, Alemania, España y Reino Unido, mientras rotará algunos de los productos europeos afectados por un gravamen del 25% avalado por la Organización Mundial del Comercio (OMC) en relación con los subsidios al fabricante aeronáutico europeo.
De esta forma, el pulso arancelario entre Washington y Bruselas en relación a Airbus contará con dos fechas clave en el horizonte. La primera, el próximo 5 de marzo, cuando entrará en vigor la rotación de productos afectados por el gravamen del 25% empleando así la conocida estrategia de carrusel.
Esta dinámica permite al USTR cambiar periódicamente los bienes afectados con el objetivo de causar un daño más profundo y ampliar el alcance de los aranceles al mayor número de sectores e industrias. Aún así, los cambios al respecto sólo implicaron un pequeño ajuste con respecto a la lista original del pasado octubre. De esta forma, se opta por reemplazar el zumo de ciruela por ciertos cuchillos de cocina de Francia y Alemania a la lista de productos sujetos a un 25% arancel.
Posteriormente, el 18 de marzo, se elevarán hasta el 15% los gravámenes a los aviones comerciales de un peso en vacío superior a los 30.000 kg. Este último aspecto, llega después de que Boeing, el fabricante de aviones estadounidense, recomendase al USTR revisar su estrategia para limitar cualquier impacto negativo en las aerolíneas y los proveedores estadounidenses. No obstante, también abogó por continuar presionando a los actores clave para encontrar una solución. En este sentido, la compañía señaló directamente a Airbus y a la UE como responsables.
Es por ello que animó al USTR a imponer aranceles específicos a las nuevas importaciones de fuselaje de aviones civiles, ala y ensamblaje de cola de Francia, Alemania, España y el Reino Unido. De esta forma, Boeing considera que se cerraría la brecha que ha permitido a Airbus esquivar los aranceles a sus aeronaves entregadas desde su fábrica en Mobile, Alabama.
Sin embargo, Airbus, que "lamentó profundamente esta decisión", afirmó durante el fin de semana que esta decisión "ignora los numerosos avisos realizados por las aerolíneas estadounidenses, destacando el hecho de que estas y el público que vuela en EEUU, serán los responsables de pagar estos aranceles", agregó.?
Desde Washington justifican esta acción ante la falta de respuesta europea para resolver el conflicto. Cabe recordar que la OMC determinó el pasado 2 de octubre de 2019 que la administración Trump contaba con margen para gravar hasta 7.500 millones de dólares de productos europeos con aranceles de hasta el 100% como parte del fallo a la batalla legal de los últimos 15 años entre ambos socios comerciales por los respectivos programas de apoyo a los fabricantes de aviones Airbus y Boeing.
Es importante recordar que la OMC debería pronunciarse este año sobre el caso presentado por la UE contra los subsidios estadounidenses a Boeing. Una vez se ofrezca un veredicto, la UE estará autorizada a contraatacar con sus propios aranceles. El USTR recalcó el viernes que aún puede cambiar sus aranceles "inmediatamente después de cualquier imposición de la UE de aranceles adicionales sobre productos estadounidenses" como parte de la disputa.
Sin embargo, EEUU sigue abierto a un acuerdo negociado que aborde esta situación. Por su parte, la Comisión Europea, en un comunicado, apoyó esta postura al reiterar que la atención "debería estar en encontrar una solución negociada". El ministerio de finanzas alemán dijo que había tomado nota de las medidas estadounidense y reiteró su postura sobre los aranceles. "Nuestra posición es clara: rechazamos cualquier aumento unilateral de los impuestos aduaneros", dijo en un comunicado. "Los impuestos aduaneros son perjudiciales para todos, incluido Estados Unidos".
Las conversaciones entre Washington y Bruselas podrían acelerarse de nuevo bajo el mandato del nuevo comisario europeo de Comercio pero, de momento, no han dado frutos para frenar las tensiones relacionadas con los subsidios a los fabricantes aeronáuticos ni solventar otros problemas, como los aranceles al acero y al aluminio implementados por la administración Trump en 2018.
En un panel organizado el viernes en Nueva York por S&P Global, su especialista en comercio, Chris Rogers, reconoció que existe una voluntad por ambas partes por lograr un acuerdo comercial, pero el problema es cuál será el alcance del mismo. "La UE trata de lograr un acuerdo comercial de gran alcance mientras Trump busca un compromiso rápido", aseguró.
El presidente de EEUU, quien se ha quejado durante mucho tiempo de que la posición de la UE sobre comercio es "peor que la de China", aseguró la semana pasada que sus miras comerciales están ahora en el Viejo Continente después de haber culminado la Fase 1 de su acuerdo con Pekín, que ha reducido las tensiones comerciales con el gigante asiático. Más allá de los subsidios aéreos, EEUU quiere que la UE rebaje las barreras al comercio agrícola, entre otros factores, para lograr un acuerdo comercial transatlántico que logre reducir su déficit de bienes con Europa, que el año pasado alcanzó un récord de 178.000 millones de dólares.