
El Gobierno de España y la Comisión Europea han arremetido contra el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, tras un comentario en el que mostró dudas sobre los planteamientos de los jóvenes que pronostican una crisis climática de grandes dimensiones. Tanto Moncloa como Bruselas quisieron desmarcarse desde el primer momento de la opinión de Borrell y criticaron su postura sobre este asunto.
La polémica se originó con unas declaraciones de Borrell en una charla distendida junto al eurodiputado José Manuel García Margallo en las que dudó del compromiso de los jóvenes en la lucha contra el cambio climático, alegando que existe el "síndrome Greta". "Está bien salir a manifestarse hasta que te piden contribuir a pagarlo", insistió.
A partir de ahí, los líderes políticos han aprovechado el discurso de Borrell para posicionarse en favor del ecologismo y rechazar la postura del representante europeo. Una de las más beligerantes ha sido la antigua compañera de Borrell en el Gobierno de Sánchez, la ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera.
Ribera ha abroncado a Borrell por sus palabras. "Los jóvenes son crecientemente conscientes del elevadísimo coste que tiene no actuar contra el cambio climático", respondió Teresa Ribera en la red social Twitter.
Sus compañeros le dejan solo
Las críticas aparecieron también entre sus actuales compañeros en la Comisión Europea. "Creo que el síndrome Greta no ha sido definido todavía como una patología. No creemos que exista", indicó el viernes el portavoz principal del Ejecutivo de Bruselas, Eric Mamer .
De esta manera, Bruselas ha cerrado filas en este asunto, dejando clara su posición "cristalina" de apoyo a las reivindicaciones climáticas de los colectivos juveniles y su intención de que "se conviertan en una realidad, sin dejar a nadie atrás".
La lluvia de críticas por dudar de algunas de las posturas de estos jóvenes obligó el viernes a Josep Borrell a recular. El representante europeo aseguró que las manifestaciones tienen todo su apoyo, a la vez que ha hecho hincapié en el coste de las políticas climáticas.