Economía

Una de las sillas más jugosas: el complicado camino de Calviño para presidir el Eurogrupo

La ministra de Economía, Nadia Calviño. Imagen: Archivo
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La presidencia del Eurogrupo es una de las más jugosas en el entramado comunitario. El cónclave de los ministros de Finanzas del euro ha tejido a puerta cerrada planes de rescate para sus miembros, y por su mesa pasa el futuro de la integración de la moneda común.

No está del todo claro si su actual timonel, el ministro de Finanzas portugués Mario Centeno, seguirá en el cargo cuando termine su mandato el próximo 13 de julio. España, que busca continuar recuperando peso en Europa, tiene una buena candidata en la vicepresidenta de Economía, Nadia Calviño, para aspirar a la silla.

Sin embargo, el camino de la española hacia la presidencia será complicado, según describen desde distintos ángulos la media docena de fuentes consultadas por elEconomista en el seno del Eurogrupo.

El principal obstáculo que encontrará la española es, obviamente, el propio Centeno. En una entrevista con elEconomista en el Foro de Davos (Suiza) publicada el pasado sábado, el portugués señaló que no tenía una decisión tomada. Eso sí, dejó claro que "me gusta mucho lo que hago".

La decisión pasará en gran parte por su jefe, el primer ministro portugués Antonio Costa. Ambos han tenido algunos roces en los últimos meses en la elaboración de las cuentas portuguesas, dado el gasto adicional que quería Costa. Incluso chocaron delante de todos los líderes europeos el pasado diciembre, por sus diferencias sobre el instrumento presupuestario para el euro, que presentó Centeno en la cumbre.

Las aguas se han calmado en Lisboa. El camino sólo se le abriría a Calviño si Centeno es finalmente elegido como gobernador del Banco de Portugal, silla que se queda libre en junio. Las fuentes consultadas explican que no solo Centeno todavía tiene que tomar una decisión, tampoco se sabe qué quiere Costa. Por lo tanto, los comentarios que colocan a Centeno de vuelta en Lisboa son "rumores".

Si el líder portugués decide apostar por otro candidato para su banco central, y Centeno decide continuar, dentro del Eurogrupo consideran que no tendría dificultades para hacerlo. "No creo que encuentre mucha resistencia", señala un diplomático de uno de los grandes socios.

Aunque ha habido informaciones cuestionando sus preparativos de las reuniones, Centeno necesitaría haber generado mucho malestar entre sus socios del Eurogrupo, y enfrentarse a un candidato de consenso para echarle de la silla. Y ninguno de los dos extremos parece ser el caso en este momento.

Si finalmente el portugués no continúa, las condiciones tampoco serían tan favorables para Calviño, a pesar de los halagos y simpatías que despierta entre sus colegas. En las instituciones y en el Eurogrupo reconocen su conocimiento de los dosieres y la experiencia comunitaria, tras pasar doce años en la Comisión Europea. Además, tiene buenas relaciones con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, de quien fue su directora general en la Comisión.

"Todo dependerá del juego de equilibrios geográficos y políticos"

Sin embargo, como recuerda un diplomático, dependerá de nuevo del juego de equilibrios geográficos y políticos. Y en ambos casos las cosas podrían complicarse a la española. Calviño tiene un perfil más técnico que político, y no es mal vista entre sus colegas del centro derecha ni del Norte de Europa, en ambos casos más alineados con las posiciones más ortodoxas en materia económica. La necesidad de equilibrar el género en la cúpula europea también le respaldaría.

Sin embargo, los países del Sur ya ocupan varias sillas de poder en la UE, incluyendo España. Nuestro país tiene el cargo de Alto Representante de Política Exterior, que ocupa Josep Borrell, y la presidencia de la Autoridad Bancaria Europea, en manos de José Manuel Campa. Las cosas también se le complicarían por razones similares a otro de los candidatos mencionados, el ministro de Economía y Finanzas italiano, Roberto Gualtieri. El responsable de Economía en la Comisión Europea es también italiano y socialdemócrata: Paolo Gentiloni. Además, Roma tiene a uno de los suyos, David Sassoli, en la presidencia del Parlamento Europeo.

Aunque no representa una sobrepoblación, sobre todo en comparación con la presencia de otros países como Alemania, sí que contrasta con la infrarrepresentación de los países nórdicos o centroeuropeos.

Entre los nórdicos, socios como Finlandia no tienen de momento candidato. Pero si hay otro nombre que encaja para reequilibrar el cuadro, y mencionado por varias fuentes: del ministro de Finanzas luxemburgués, Pierre Gramegna.

Si Gramegna fuera el vencedor en la carrera, sería el segundo luxemburgués en ocupar la silla

Aunque el género pese algo en su contra, el luxemburgués es uno de los miembros más veteranos del Eurogrupo (ministro desde 2013). Además, ha mostrado algo cintura en algunos de los temas más sensibles con Luxemburgo, como es en materia de fiscalidad. Parte importante de las iniciativas contra la erosión fiscal y para incrementar la transparencia fueron tramitadas bajo la presidencia de Luxemburgo. Tampoco se posicionó en contra de la tasa digital. Eso sí, recientemente ha liderado esfuerzos para bloquear las nuevas normas que obligarían a las multinacionales a informar sobre sus ingresos y pago de impuestos.

Si Gramegna fuera el vencedor en la carrera, sería el segundo luxemburgués en ocupar la silla en la corta historia del puesto, tras la larga presidencia Jean-Claude Juncker.

Teniendo en cuenta los candidatos que podrían surgir, algunos prevén que el color político jugará un papel más importante que la nacionalidad. En el esperado choque entre liberales y socialistas, habrá que ver si Calviño y Gramegna se consolidan en sus familias como los elegidos, y quién puede ganar más simpatías entre los ministros del centro-derecha, que ya posee las poderosas presidencias de la Comisión y el BCE. No obstante, una de las fuentes consultadas recuerda que los verdaderos candidatos suelen surgir al final como soluciones de consenso.

La decisión de la presidencia del Eurogrupo dependerá en parte de quién se queda con las riendas del Grupo de Trabajo del Eurogrupo, el influyente cónclave de los números dos de los ministerios que prepara las reuniones de los ministros. Por parte de España, el representante en los encuentros es el secretario general del Tesoro, Carlos San Basilio.

Las capitales deben elegir a un nuevo presidente para este grupo antes del próximo Eurogrupo de febrero, dado que su actual ocupante, el holandés Hans Vijlbrief, ha sido llamado de vuelta a su país para lidiar con la autoridad tributaria, tras la renuncia de su responsable por un escándalo.

Si su cargo va de nuevo para uno de los norteños, el camino se le facilitaría a Calviño, vista con posibilidades por alguna de las fuentes consultadas. Sin embargo, todos coinciden en que todavía es muy pronto para especular, dado que todavía no está claro qué hará Centeno, por lo que tampoco quieren sugerir abiertamente las simpatías por los posibles aspirantes. Desde el Ministerio de Economía español tampoco quieren pronunciarse al respecto sobre los planes de futuro de la vicepresidenta. Eso sí, recuerdan la buena relación de Calviño con Centeno, además de la coincidencia en sus planteamientos en el seno del Eurogrupo.

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