
Hace escasos meses era noticia que Corea del Sur se convertía en el primer país de la historia con una tasa de fertilidad por debajo de uno (nace menos de un niño por mujer en edad fértil). Nuevos datos publicados esta semana muestran una nueva caída que lleva esta tasa a caer a 0,88 niños entre julio y septiembre, la más baja de la historia. El dato del año completo en 2018 fue de 0,98 niños por mujer y los publicaciones trimestrales de 2019 hacen indicar que este año podría ser incluso peor. Los expertos explican que esta tendencia está convirtiendo a Corea del Sur en un país dominado por el 'individualismo', con un creciente número de actividades y costumbres confeccionadas para una persona. Las ayudas públicas y la inversión para fomentar el nacimiento de niños no está logrando revertir una tendencia que parece tener un trasfondo incluso más profundo que el económico.
Los niños nacidos desde principios de año hasta septiembre han caído en un 7,9% respecto al año anterior, lo que mantiene una tendencia de años. En 2017 los nacimientos cayeron un 11,9% respecto al año anterior y en 2018 el descenso fue un 8,7% respecto al anterior. La caída, aunque menos acusado, continúa en una sociedad que envejece rápidamente y que empezará a perder población en menos de diez años. Según las proyecciones de la ONU, en 2100 Corea del Sur podría haber perdido unos 22 millones de habitantes respecto al dato actual. Se ha llegado a denominar a este país como el primero que puede llegar a catalogar como 'en peligro de extinción'.
Entre julio y septiembre, el número de nacimientos fue de 73.793, una caída de 6.687 nacimientos menos que en el mismo periodo del año anterior. Este dato deja la tasa de fertilidad en el trimestre en el 0,88, mientras se necesita una tasa de 2,1 niños por mujer para mantener estable el tamaño de una población. Este dato coincide con una nueva caída trimestral de los matrimonios hasta 53.320, un descenso del 0,9% que deja el dato más bajo para un tercer trimestre desde 1981.
La sociedad coreana moderna se está moviendo hacia el individualismo, transformando los valores familiares y la vida cotidiana de la población de este país con 51 millones de habitantes. El individualismo denominado como la tendencia a pensar y obrar con independencia de los demás. En 2018, la proporción de hogares unipersonales en la sociedad coreana se situó en el 29,3%. Este tipo de hogares está creciendo al ritmo más rápido de todos los países de la OCDE, y se prevé que su cuota alcance el 30% para 2020. También es el país que más rápido está envejeciendo de toda la OCDE.
Las transformaciones en el modelo familiar crean nuevas tendencias en la cultura de la vida cotidiana. Este profesor universitario pone algunos ejemplos de la vida real: "Recientemente han aparecido nuevas tendencias de consumo: 'Honbap' (comer solo)', 'Honsul' (beber solo), 'Honnol' (jugar solo), etc. La respuesta a tales tendencias ha sido la aparición de nuevos tipos de restaurantes, bares, cafeterías, tiendas para personas solteras", anota Seung Hyun Seo, profesor de la Universidad de Sogang de Seúl en un trabajo que analiza la caída de la natalidad y la fertilidad.
Estas tendencias y modas son más intensas en las grandes ciudades donde se localizan las grandes empresas. Dentro de Corea del Sur, el peor dato se lo lleva Seúl, la capital, que presenta una tasa de fertilidad de 0,69 niños por mujer en edad fértil. En España, para hacer una comparación, la tasa de fertilidad ronda los 1,3 niños por mujer (la más baja de Europa), muy lejos de los 3 niños de 1966, pero todavía lejos de los niveles de Corea del Sur. El caso de Corea del Sur es más llamativo porque ha sido un país que ha pasado a la velocidad de la luz desde el subdesarrollo a ser una economía muy avanzada, algo que se ha reflejado en la evolución de los indicadores de natalidad de una forma más rápida todavía.
La tasa de fertilidad se ha desplomado un 80% en Corea del Sur desde 1960
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la tasa ha pasado de 6 niños por mujer en edad fértil en 1960 a los 0,98 publicados por el instituto de estadística este miércoles. En EEUU, por ejemplo, en 1960 nacían 3,66 niños por mujer y hoy ha caído hasta 1,8 niños, una caída del 50%, mientras que en Corea del Sur ha descendido un 80%.
Seung Hyun Seo argumenta en un trabajo publicado en septiembre En primer lugar, "en la sociedad coreana moderna, la fertilidad está disminuyendo a medida que aumenta el nivel de educación y el empleo general de las mujeres, con un aumento del número de mujeres y hombres solteros. Las mujeres coreanas modernas quieren vivir independientemente y hacer realidad sus sueños; tienen miedo de combinar familia y trabajo, temen la pérdida de independencia y la interrupción de sus planes".
En segundo lugar, después de la crisis financiera en Corea del Sur en 1997 y la mayor competencia en los mercados globales con la irrupción de varios países (la irrupción de China y su fuerza de trabajo con menores costes laborales), ha generado una economía de cambio e inseguridad, generando un mercado laboral que es mucho más competitivo, ahora los jóvenes deben hacer un gran esfuerzo para alcanzar una posición trabajo estable y bien remunerado. Los trabajadores coreanos trabajan 1.993 horas al año, siendo el tercer país que más tiempo dedica al trabajo, sólo por detrás de México y Costa Rica. Este resultado es singular para un país tan desarrollado y que cuanta con un sector productivo muy intensivo en capital, que suele reducir la necesidad de factor trabajo (horas reales de trabajo).
Sin embargo, "en Corea del Sur, en comparación con otros países desarrollados del mundo, el sistema de seguridad social no responde lo suficiente a tales condiciones, a pesar del rápido crecimiento de la economía. Fue un punto de inflexión a partir del cual la situación demográfica en el país comenzó a cambiar dramáticamente. Por lo tanto, los jóvenes posponen el matrimonio y, en consecuencia, el nacimiento de un hijo por el bien de su carrera, o no planean casarse y tener hijos para no perder sus empleos". Los matrimonios se están hundiendo en un país en el que está unión oficial es condición sine qua non para tener hijos, y las estadísticas muestras que los coreanos cada vez están menos dispuestos a casarse, sobre todo en las grandes ciudades donde la participación laboral de la mujer es muy elevada.
En tercer lugar, un factor importante que influye en la elección entre tener o no tener un hijo es la posibilidad de convertirse en una víctima del cuidado y la educación del niño. "En Corea, los padres deben gastar su dinero en criar a sus hijos y darles una educación, incluidas clases particulares en la educación privada. Aunque la educación pública es gratuita, el ambiente competitivo en las escuelas obliga a los padres a pagar por una educación adicional. Es un fenómeno sociocultural muy común en Corea, relacionado con el lado negativo del sectarismo académico basado en la idea tradicional del 'confucianismo coreano'", explica este experto.
Por último, "una cultura familiar patriarcal autoritaria es un factor importante que ha influido en la muy baja tasa de natalidad... la legislación laboral de Corea del Sur prohíbe la discriminación contra las mujeres embarazadas, pero los sindicatos aseguran que estas leyes a menudo se ignoran".
Esta situación de desigualdad obliga a muchas mujeres a elegir entre su carrera laboral o tener descendencia. "En muchos casos, incluso si una mujer está empleada, el cuidado de los niños recae casi por completo en ella. Según las estadísticas, el hombre en Corea del Sur dedica de media 17 minutos al día al trabajo no remunerado, incluida la limpieza, y las mujeres dedican 129 minutos al día, siete veces más; En cuanto al cuidado de los niños, los hombres pasan 14,9 minutos al día y las mujeres pasan tres veces más superando los 52 minutos", sentencia el experto de la Universidad de Sogang.
El gobierno ha gastado en la última década 64.500 millones de euros en políticas para fomentar la natalidad y reducir esta desigualdad, aunque la cantidad de dinero invertido es importante no parece haber tenido un gran efecto. Algunas de las medidas estrella incluyen la extensión a dos años de la baja paternal conservando un 80% del salario, mientras que varios gobiernos de ámbito local están aprobando ayudas directas a las familias que tengan su primer hijo, según revela un reportaje del medio norteamericano Quartz. Por ahora, las estadísticas son de todo menos alentadoras.